LA JERARQUÍA Y LA HUMANIDAD EN LA ERA DE ACUARIO
                  
                  
                  Según la tradición histórica, avalada por la penetrante visión 
                  o percepción de los Altos Iniciados, que pueden leer los 
                  archivos akásicos, la Jerarquía Espiritual del Planeta, o 
                  quinto Reino de la Naturaleza, fue instaurada en la tierra 
                  hace unos diez y ocho millones de años, durante la segunda 
                  mitad de la época lemuriana. Este hecho, el más importante en 
                  lo que a evolución espiritual del planeta se refiere, tuvo su 
                  origen en la decisión del Logos Planetario de nuestro esquema 
                  terrestre, de tomar un cuerpo físico, con objeto de coordinar 
                  definitivamente todo su sistema expresivo. Si utilizamos la 
                  analogía, como debemos hacerlo siempre en orden a la 
                  comprensión de las ideas esotéricas, seremos conscientes de 
                  que un Logos Solar, un Logos Planetario o un alma espiritual 
                  humana, utilizan cuerpos físicos para realizar la magna obra 
                  de identificación del Espíritu y de la Materia, función que 
                  tiene por objeto la fusión de dos aspectos divididos en el 
                  tiempo, dentro de la Unidad eterna y absoluta que lo preside 
                  todo.
                  
                  Analizando el proceso desde sus más recónditas raíces y 
                  penetrando en el aliento de lo cósmico, vemos que la 
                  instauración de la Jerarquía tuvo por objeto la encarnación 
                  física de un Hombre Celestial, de un Logos planetario o de uno 
                  de los Siete Espíritus ante el Trono, concordando con las 
                  alusiones del Antiguo Testamento. El proceso de encarnación es 
                  idéntico en todos los seres, prescindiendo de la magnitud del 
                  campo expresivo, se trata de un hecho que se realiza 
                  incesantemente a través de las edades. Es el vínculo de 
                  relación eterno entre el Espíritu y la Materia, la Vida y la 
                  Forma, el Espacio y el Tiempo. Prescindiendo de otras 
                  consideraciones secundarias podemos asegurar que la 
                  instauración de la Jerarquía aquí en la tierra tuvo su origen 
                  “en la gran decisión del Logos planetario de nuestro esquema 
                  terrestre de tomar un cuerpo físico”. Eternamente apercibido 
                  de los ciclos del tiempo, sabe el momento exacto por 
                  conjunción magnético-cósmica de esta manifestación, marcada 
                  asimismo por el Gran Karma cósmico del cual es un elevado 
                  exponente.
                  
                  Respondiendo a este gran deseo y debido a ciertas relaciones o 
                  vinculaciones kármicas, incomprensibles para nosotros, un Gran 
                  Iniciado de la Cadena de Venus, conocido en nuestros estudios 
                  esotéricos como Sanat Kumara, estableció contacto e identificó 
                  Su aura espiritual con el aura etérica del Planeta. 
                  Prácticamente hizo consciencia de la Tierra y ENCARNÓ en ella. 
                  Hubo en esta encarnación el dolor del sacrificio, pero también 
                  el gozo de acatar la Voluntad del Gran Ser Planetario, un gozo 
                  y un sacrificio, de los cuales no podemos tener noción. Como 
                  consecuencia de este proceso de encarnación, toda la Tierra 
                  resplandeció, todos los reinos elevaron su sintonía, 
                  principalmente el reino humano en ciernes que “elevó 
                  gozosamente su copa” tal como se lee en el Libro Sagrado de 
                  los Iniciados, para recibir el “Alma Celestial”. Todo este 
                  clima de expectación, toda esta resplandeciente sinfonía, era 
                  la infinita reverencia de la Materia Virgen eternamente 
                  fecundada por la Gracia Santificante, al Poder Creador de la 
                  Divinidad.
                  
                  Acompañaron a Sanat Kumara, tres de sus grandes discípulos, 
                  enlazados como ÉL kármicamente a la vida del Logos planetario, 
                  a través de muchos eones. Estos cuatro grandes Seres, Sanat 
                  Kumara y los discípulos, conocidos dentro de la tradición 
                  esotérica como los cuatro Kumaras, o los Señores de la Llama, 
                  representan para el Logos planetario, lo que la personalidad 
                  humana y sus tres cuerpos de expresión representan para el 
                  Alma. La evolución de esta insigne personalidad y de los tres 
                  vehículos de su vinculación planetaria, constituyen de hecho 
                  la evolución de la Tierra hasta sus últimas consecuencias. Hay 
                  tres Kumaras más desconocidos por nosotros, en sus elevadas 
                  funciones, como centros superiores del gran Logos Planetario, 
                  cuya misión es la relación de Sanat Kumara con todo cuanto 
                  trasciende el círculo-no-se-pasa del aura planetaria, es decir 
                  la relación con los demás planetas del Sistema Solar y de 
                  otros sistemas solares.
                  
                  Estos Grandes Seres constituyen el Centro de Aquella Gran 
                  Fraternidad que llamamos Jerarquía Blanca del Planeta, o 
                  Hermandad Blanca. Su misión es clara y definida: Acelerar el 
                  proceso de evolución del Planeta Tierra.
                  
                  Como consecuencia de la llegada a nuestro planeta de los 
                  Señores de la Llama, se producen cuatro hechos importantes y 
                  trascendentes que todo verdadero esoterista debe conocer, para 
                  poder enjuiciar rectamente su propia situación espiritual. Son 
                  ellos:
                  
                  1. El enlace kármico de la Tierra a través de 
                  los cuatro Grandes Kumaras, con los cuatro Grandes Señores 
                  Cósmicos que conocemos como los Señores del Karma. La tierra 
                  entra así a formar conscientemente parte del Gran Concierto 
                  Solar y se pone en vías directas de comunicación con el Gran 
                  Karma Cósmico. Por incomprensible que parezca esta idea, le da 
                  al discípulo la noción inmediata de lo que representan para el 
                  ser humano las palabras de Pablo, el Iniciado, “El Reino de 
                  los Cielos puede ser arrebatado por la violencia”. La 
                  identificación del karma planetario con el karma solar, medido 
                  en términos de energía, produce una aceleración de la 
                  evolución de la tierra, y en consecuencia el desarrollo del 
                  Gran Propósito Inicial del Logos Planetario.
                  
                  2. La introducción dentro del ser humano de los Ángeles 
                  Solares, seres perfectos en su esencia porque alcanzaron la 
                  Iniciación de Adeptos en otro Universo anterior; quienes 
                  representan en el drama de la función planetaria, el papel de 
                  Grandes Intermediarios, entre el hombre inferior, la 
                  personalidad en los tres mundos, y la Tríada espiritual, o los 
                  tres aspectos de la Mónada, o Espíritu que es una emanación 
                  esencial de la propia Divinidad Solar.
                  
                  3. La implantación en la Tierra del sistema iniciático o de 
                  aceleración de la evolución planetaria que produce 
                  inicialmente la “individualización” del hombre animal por 
                  mediación de los Ángeles Solares. La individualización es pues 
                  una Iniciación espiritual.
                  
                  4. “Una corriente dévica de orden superior emanante del 
                  Corazón del Sol” penetra en el aura planetaria y empieza a 
                  actuar definidamente sobre los “enrarecidos éteres” que 
                  circundan el planeta y actúan sobre la Naturaleza. La frase 
                  védica “La Tierra entera resplandeció”, se refiere exactamente 
                  a la acción inmediata de estos agentes cósmicos de la creación 
                  planetaria.
                  
                  He aquí a grandes rasgos, la implantación de 
                  la Jerarquía, o Gran Fraternidad Blanca en la tierra. El gran 
                  Rayo de Poder del Logos planetario empieza a actuar sobre 
                  nuestro planeta y “todo su contenido empieza a ser moldeado 
                  según el impulso solar”. Están empleadas deliberadamente y 
                  entre comillas frases sueltas entresacadas del “Libro de los 
                  Iniciados” abierto a aquellos cuya mente funciona en niveles 
                  superiores.
                  
                  El orden de la Jerarquía, la distribución de las funciones 
                  planetarias entre los iniciados de la tierra que “a costa de 
                  grandes sacrificios alcanzaron la iniciación” en la pasada 
                  cadena lunar, Buda y Cristo entre los más exaltados, sigue 
                  inmediatamente al gran proceso inicial. Los discípulos 
                  avanzados reciben un nuevo impulso creador dentro de sus 
                  conciencias y empiezan a actuar en forma definida, “ayudados 
                  por los Devas” la Gran Fraternidad de Relaciones con otros 
                  planetas del Sistema es un hecho definido y consciente. Una 
                  especial corriente dévica proveniente de Venus se dedica única 
                  y exclusivamente al cuidado del Reino vegetal. Una nueva 
                  majestad y una nueva belleza hacen su aparición. La Jerarquía 
                  planetaria es un Hecho y empieza seguidamente los planes de su 
                  organización, tal como la conocemos actualmente, es decir, un 
                  Centro Impenetrable, en conexión con el Logos Solar, que 
                  esotéricamente llamamos Shamballa, y otro en directa conexión 
                  con aquel que llamamos Jerarquía. El tercer centro actuante es 
                  la Humanidad que recién empieza en aquellos momentos a educir 
                  la mente y los albores de la autoconciencia.