LA ACCIÓN DEL ÁNGEL SOLAR EN LA NUEVA EDAD
                  
                  Estudiar el Ángel Solar representa tratar de descorrer el gran 
                  Misterio del corazón del hombre. Un Maestro ha dicho: “La 
                  cuestión de los Ángeles Solares o Dhyanes del Fuego es un 
                  misterio profundo y todo el tema está tan entretejido de 
                  leyendas intrincadas y misteriosas, que los estudiantes 
                  esotéricos desesperan de lograr la deseada claridad mental.”
                  
                  Hay no obstante ciertos indicios que seguidos atentamente 
                  pueden darnos la clave de este aparente misterio. Una de ellas 
                  es la función de intermediarios entre la personalidad del 
                  hombre en los tres mundos y aquella chispa inmortal, con todos 
                  los poderes y atributos de la Divinidad, que llamamos Mónada o 
                  Espíritu.
                  
                  Sujeto el ser humano a las leyes del tiempo hubiera tardado 
                  muchos millones de años antes de llegar a su estado actual de 
                  evolución. En su estado semianimalizado, tal como lo vimos, en 
                  la segunda mitad de la era lemuriana, le era completamente 
                  imposible reconocer el valor de sí mismo como función 
                  planetaria y de todo cuanto le rodeaba. Estaba representando 
                  un drama definido en el interior del aura planetaria, pero no 
                  se daba cuenta de ello. La intervención de los Ángeles 
                  Solares, vivificando su rudimentario principio mental y 
                  “arropándolo con su manto de amor y de sacrificio durante una 
                  cantidad infinita de tiempo”, produjo el gran milagro de la 
                  MENTE. Ésta se fue convirtiendo progresivamente en el centro 
                  de su razón y el hombre animal se convirtió en un ser pensante 
                  y autoconsciente.
                  
                  No pretendemos dar una relación concreta y definida del 
                  proceso, pero sí una vasta perspectiva que a muchos los hará 
                  conscientes -si utilizan la intuiciónpara los hechos internos 
                  realmente trascendentes y que bajo el nombre de “experiencias 
                  espirituales” se realizan constantemente dentro del ser 
                  humano.
                  
                  Solamente hay que considerar el hecho de que casi 
                  simultáneamente a la venida de Sanat Kumara y de sus 
                  inmediatos Colaboradores, se organiza la Jerarquía planetaria, 
                  como centro de distribución y de participación de las grandes 
                  energías internas solares. La venida de los Ángeles Solares 
                  obedecen al mismo principio de COPARTICIPACIÓN. Uno de los 
                  grandes Misterios Solares simbolizado en el Cáliz y el Verbo 
                  se realiza con la llegada de los místicos Ángeles Solares. La 
                  Copa o Cáliz, preparada por el sufrimiento y desesperación de 
                  interminables ciclos de tiempo “produce una clara nota 
                  distintiva que rasgando los éteres del espacio llega a oídos 
                  del Señor”. Continuamos citando frases del “Libro de los 
                  Iniciados”. Como respuesta se produce un movimiento o 
                  conmoción dentro del ámbito solar y “otra Nota proveniente 
                  esta vez del propio Logos Solar, determina una efusión de vida 
                  que llena el Universo”. Los Ángeles Solares, los Dhyanes del 
                  Fuego, seres perfectos en su esencia, que viven en la Paz del 
                  Señor, en determinados estratos de la Conciencia de ÉSTE 
                  sienten la llamada y se aprestan al sacrificio. Como pétalos 
                  de “sacrificio arrancados del corazón de la Deidad”, los 
                  Ángeles Solares abandonan la Patria celestial y cada uno de 
                  ellos enlaza su vida con la vida de un hombre-animal. 
                  Identificar su conciencia con aquel punto iluminado en el 
                  interior del rudimentario cerebro humano y determinar el 
                  principio de mente y de conciencia he aquí su entrega. Los 
                  Ángeles Solares saben del dolor del sacrificio -como Sanat 
                  Kumara y Sus discípulos- pero también como ELLOS del gozo de 
                  cumplimentar la Voluntad del Señor.
                  
                  Lo demás es un proceso histórico marcado por el gran Drama de 
                  la Evolución. No obstante, hay que reconocer dentro de este 
                  Drama, la acción intermediaria decisiva, de los Ángeles 
                  Solares, o de los Ángeles de la Presencia, como se los 
                  denomina en algunos tratados esotéricos, en relación con el 
                  reino humano.
                  
                  Todo es un eterno presente; en los registros akásicos o 
                  memoria cósmica de la Naturaleza está la única y verdadera 
                  historia de la Humanidad. Lo demás es una distorsión de los 
                  acontecimientos que cada cual condiciona a su gusto y según 
                  sus propias conveniencias. Cuando se invoca la potencia 
                  infinita y verdadera del Registro Akásico, sólo existe una 
                  verdad, que se revela con nitidez a través de los hechos, y 
                  con gran sentido de realismo histórico.
                  
                  Sobre la base de este hecho, el Maestro, dentro del Ashrama en 
                  el momento de entrenamiento que era adecuado, nos hizo 
                  testigos del encuentro de los Ángeles Solares con los hombres 
                  animales, que “con la copa en alto esperaban la venida del 
                  Señor”. El espectáculo contemplado, que en mística invocación 
                  del Maestro, se desarrollaba en la luz astral, era de una 
                  belleza y un dramatismo inenarrables; el OM solar imposible de 
                  describir. Dentro de un mar de fuego, con potentísimas 
                  descargas eléctricas que rasgaban los éteres y dinamizaban 
                  todos los planos evolutivos del planeta, retumbando por 
                  doquier el OM sagrado, la Voz del Logos Solar, reproducida por 
                  el Logos Planetario, llegaron las cohortes angélicas creadoras 
                  de nuevas formas y situaciones... he aquí la aparición “con 
                  sus carros de fuego” de los Ángeles Solares.
                  
                  Por su misión de intermediarios entre el hombre-animal y el 
                  propio Dios representado por la Mónada, permanecen 
                  indistintamente con sus propias peculiaridades, facilitando 
                  con su glorioso pasado kármico, el Rayo de Amor del Señor del 
                  Universo. Durante siglos interminables cooperarán con la 
                  voluntad del Logos Planetario, “Quien en su elevado destino, 
                  ha contraído la más sacrificada y abnegada de las decisiones”: 
                  “No abandonar el planeta hasta que el último de los seres 
                  humanos capaces de responder a la Ley, no haya alcanzado la 
                  liberación”. Se le llama por tanto el Gran Sacrificio y es el 
                  vigilante silencioso que edad tras edad preside el destino de 
                  la Tierra y, muy concretamente, el cuarto reino, o reino 
                  humano, que a su vez tiene la misión de “elevar la sintonía de 
                  los reinos inferiores o subhumanos, sirviendo así de 
                  intermediarios del Logos, de la misma manera que los Ángeles 
                  Solares son los que vinculan al hombre con el quinto Reino de 
                  la Naturaleza, que es la Jerarquía Planetaria o Reino de las 
                  Almas.
                  
                  En todo el proceso de coparticipación o de Fraternidad de los 
                  Reinos, va implícito el Rayo de Amor de la Entidad Solar. Los 
                  Ángeles Solares son una emanación de su infinito Amor, incapaz 
                  de ser comprendido por nuestra pequeña mente humana. Responden 
                  siempre a la gran necesidad de vida espiritual o de 
                  conocimiento del Padre Creador. De la misma manera que la 
                  humanidad se la denomina la Gran Necesidad y a los hombres, 
                  “hijos de la Necesidad” o hijos del Karma, tal como son 
                  definidos en los libros de los Archivos de la Jerarquía, los 
                  Ángeles Solares, son llamados “los Hijos del Gran Sacrificio”, 
                  o Hijos de la Mente, pues su tarea más importante en relación 
                  con el reino humano es dotar de mente, a los hijos de los 
                  hombres; después del gran “Sacrificio de abandonar el 
                  confortable Hogar Paterno”. Esto puede parecer extraño, es 
                  necesario dejar la mente quieta pero profundamente apercibida 
                  y expectante, para que el Ángel Solar de la vida de cada uno, 
                  le transmita aquella verdad y aquella seguridad espiritual que 
                  todos buscan.
                  
                  La pregunta más importante respecto a los Ángeles Solares, 
                  después de precisar su función de Grandes Intermediarios 
                  Cósmicos, es la de cuál es su misión especial con respecto a 
                  los seres humanos ya dotados de mente por su divina 
                  intervención y cuál la finalidad del proceso.
                  
                  La primera pregunta se contesta señalando que la función de un 
                  Ángel Solar con respecto a un ser humano con quien ha enlazado 
                  kármicamente su vida, es presidirle su vida espiritual 
                  llevando emanaciones cada vez más definidas, de la vida de la 
                  Mónada o Espíritu a los tres cuerpos en evolución planetaria. 
                  Durante ciclos de tiempo que trascienden casi nuestra razón, 
                  el Ángel Solar ha suministrado al hombre inferior los datos 
                  cósmicos que precisaba en cada una de las fases de su proceso 
                  particular. Ha presidido por así decirlo, el karma consciente 
                  del hombre, y durante el larguísimo trayecto ha ido creando 
                  requeridas situaciones para que el ser humano, adquiera la 
                  conciencia de sí mismo, que es en último término la propia 
                  conciencia de Dios. En las primitivas edades después de aquel 
                  gran suceso que llamamos Individualización, la vinculación del 
                  ser humano con su Ángel Solar ha pasado completamente 
                  desapercibido. Sólo se ha mantenido el “hilo de la vida” muy 
                  tenuemente enlazado de la mente incipiente del hombre al 
                  corazón amoroso del Ángel Solar. Así al calor del amor de este 
                  gran Ser sacrificado, el germen de la mente ha crecido y se ha 
                  desarrollado a través del tiempo. Lo demás es un proceso 
                  singular, pero muy común a todos, en el que el alma inferior 
                  del hombre regulada por el poder de la mente se ha dado cuenta 
                  de la otra Entidad, de la Entidad superior que desde niveles 
                  inaccesibles le daba razón y vida desde larguísimas edades, y 
                  ha empezado así el proceso de vinculación espiritual meta de 
                  muchas escuelas esotéricas, entre el hombre inferior con un 
                  centro de conciencia o alma, cada vez más concreto y definido 
                  y el Ángel Solar.
                  
                  A medida que el alma del hombre va creciendo hacia su Ángel 
                  Solar y va siendo cada vez más consciente de Aquél, en su vida 
                  particularizada se van sucediendo aquellas grandes expansiones 
                  de conciencia que reciben el nombre de Iniciación. Lo demás, 
                  las partes más conocidas del proceso, las ha facilitado el 
                  esoterismo moderno a través de Madame Blavatsky. El 
                  conocimiento que hoy se tiene de la Jerarquía Planetaria, de 
                  los Maestros de Compasión y de Sabiduría y del trabajo de 
                  vinculación del ser humano con el Ángel Solar de su vida, o Yo 
                  superior, toma el nombre de Misterio Iniciático.
                  
                  Consideramos muy conveniente el conocimiento de este enlace 
                  histórico de los hechos, que va desde el hombre 
                  semianimalizado infinitamente anterior al de los tiempos 
                  prehistóricos que conocemos, hasta su plena identificación con 
                  el ser divino, tarea que en los tiempos a venir va a tener un 
                  énfasis muy particular, con el crecimiento de los Ashramas de 
                  la Jerarquía.
                  
                  No puede haber una comprensión total, si no se analiza 
                  previamente el primer contacto, o vinculación del Ángel Solar, 
                  pétalo de sacrificio arrancado del amoroso Corazón de Dios, 
                  con el hombre tosco y primitivo que “completamente ausente de 
                  sí mismo y vagando por las tenebrosidades de la vida 
                  inconsciente, elevaba sin embargo su copa para que fuese 
                  vertido en ella el Grial de la Conciencia”. 
                  
                  Quien sea capaz de penetrarse del misterio profundo del Cáliz 
                  y del Verbo, entrará en directa comunicación con el Ángel 
                  Solar que guió su vida.
                  
                  Queda aún para una mejor comprensión del proceso, dilucidar la 
                  finalidad o Meta del Ángel Solar, una vez que el hombre ha 
                  llegado a un cierto estado iniciático en que es “plenamente 
                  consciente de sí mismo”.
                  
                  Quienes hayan realizado estudios esotéricos, saben que el 
                  cuerpo causal es el vehículo de relación del hombre inferior 
                  con el Yo superior, que ambos están unidos por un hilo de luz 
                  sutilísimo llamado “sutratma (llamado también “hilo de vida”) 
                  que permite la comunicación. Este hilo sutilísimo “más fuerte 
                  que el más fuerte diamante”, según reza el Antiguo Comentario 
                  o Libro de los Iniciados, se convertirá en fases más 
                  adelantadas del proceso en el Antakarana (llamado 
                  esotéricamente “hilo de la conciencia”), o proyección de la 
                  mente inferior en la superior, con que comienza el gran 
                  proceso iniciático de contacto consciente entre el yo humano y 
                  el Alma Solar.
                  
                  Esta permanencia del Ángel Solar, en el ser humano mientras 
                  consuma esta etapa del proceso evolutivo, es el más grande de 
                  los sacrificios pues son interminables los ciclos de tiempo en 
                  que “abrigado solamente con los siete finísimos velos que 
                  encubren su cuerpo celestial de Adepto”, vive en el plano 
                  causal, con la vista orientada hacia el hombre inferior y 
                  meditando constantemente en los impulsos de amor de la vida y 
                  en la Patria celestial de donde proviene. Esta especie de 
                  meditación, imposible de ser comprendida por los hombres, es 
                  el RECUERDO infinito de su vida solar, que le permite soportar 
                  el dolor de su inmortal sacrificio.
                  
                  A medida que el hombre inferior, con una conciencia plenamente 
                  estructurada va adueñándose de sus vehículos y los va 
                  integrando dentro de funciones cada vez más elevadas, el 
                  contacto con el Alma superior o Ángel Solar es cada vez más 
                  estrecho y definido. El cuerpo causal se vuelve un estuche 
                  bellísimo que irradia el Fervor espiritual del Alma que 
                  contiene. Es una morada celestial creada por los devas con los 
                  materiales suministrados por el ser humano en plena expansión 
                  de conciencia. Es un cuerpo de rara belleza que guarda el 
                  símbolo supremo del Cáliz y del Verbo. En esta copa que es tan 
                  pura y transparente reside el Ángel de la Eterna Presencia, 
                  que puede irradiar a través de ella la esencia de sí mismo.
                  
                  Esto ocurre invariablemente, cuando el ser humano tiene plena 
                  conciencia del Ángel Solar y ha integrado sus tres cuerpos 
                  expresivos en un “sólo cuerpo místico de expresión universal”; 
                  culmina aquí una etapa muy importante del proceso por el cual 
                  encarnó el Ángel Solar: la Iniciación. Pasada ésta queda un 
                  paso crucial en la vida del hombre y en la propia vida del 
                  Alma Solar, que los tratados místicos denominan la cuarta 
                  Iniciación, en la que el Arhat, aquel que fue sacrificado en 
                  la cruz de la prueba y del sacrificio, tomó contacto directo 
                  “cuerpo con cuerpo y alma con alma, con Aquel que desde un 
                  buen principio, fue la paz y la luz de su camino”. Esta frase 
                  tomada del Libro de los Iniciados, contiene el mensaje de 
                  liberación para el Ángel Solar. Este contacto directo, esta 
                  fusión del fuego de los tres mundos con el fuego solar, 
                  determina en sus últimas consecuencias la destrucción del 
                  cuerpo causal. Se produce entonces la Nota distintiva que sólo 
                  el Ángel Solar puede oír en sus finísimos oídos inmortales. Es 
                  la Voz del propio Logos Solar transmitida a través del Logos 
                  planetario que dice "ha terminado tu misión. Vuelve Hijo al 
                  hogar paterno”. Y sesgando nuevamente los éteres, tal como ya 
                  lo hicieron hace millones de años, cuando vino en ayuda del 
                  Reino humano, e inundado nuevamente de la luz y del fuego 
                  emanantes del Corazón místico del Sol, retorna a su lugar de 
                  origen a reposar definitivamente en el Lecho de Amor de su 
                  Padre, el Logos Solar.
                  
                  Respecto al Iniciado, al Arhat, cuyo fuego unido al Fuego 
                  Solar, hizo posible la destrucción del Cuerpo Causal, comienza 
                  una nueva vida, en la que por primera vez es ÉL, el único y 
                  exclusivo director de Su vida y Su Sendero. Ahora, su misión 
                  es reunir los “cables sueltos” provenientes de la Mónada y de 
                  la personalidad pura e integrada, constituyendo así una nueva 
                  entidad viviente, la Entidad inmaculada libre por completo de 
                  karma humano, que llamamos esotéricamente Adepto o Maestro de 
                  Sabiduría.
                  
                  El paso que va del Arhat al Adepto, es un camino de limpieza 
                  del cuerpo mental de los últimos residuos del “cuerpo causal” 
                  o cuerpo que había habitado durante tantos ciclos de tiempo, 
                  el Ángel Solar. La liberación final, o la entrada del ser 
                  humano en el Reino divino, tiene lugar precisamente cuando 
                  “los últimos rescoldos del cuerpo solar se ha fundido en el 
                  crisol misterioso de los hijos del espacio, una especie 
                  particular de devas que asisten en todo proceso de 
                  Iniciación”. Lo que sigue ya es conocido; el Maestro de 
                  Sabiduría o Adepto entra a formar parte de la Jerarquía 
                  planetaria como un Agente consciente del Logos planetario, en 
                  virtud de su unificación con la chispa divina que llamamos 
                  Mónada o Ser esencial espiritual. Tiene derecho a entrar en la 
                  Cámara del Concilio de Shamballa y recogiendo el aliento vital 
                  eléctrico del Señor del Mundo, o Sanat Kumara, puede 
                  determinar a través de su propia línea de Rayo, un Sendero de 
                  Luz que recorrerán muchos hijos de los hombres que “suspiran 
                  por la Liberación”.
                  
                  Con el alborear de la Era de Acuario, tan intuitiva en lo que 
                  a los hijos de los hombres se refiere, se ha podido concretar 
                  esta enseñanza esotérica respecto a los grandes Intermediarios 
                  cósmicos, conocidos bajo el nombre esotérico de Dhyanes del 
                  Fuego o Ángeles Solares. Con ella se busca acelerar el proceso 
                  de identificación de muchos seres humanos con Su propio Ángel 
                  Solar, a fin de comprender cada vez más claramente el sentido 
                  oculto de la vida, y construir nuevas avenidas de acceso a las 
                  gloriosas Entidades, o Maestros de Sabiduría, que con Cristo a 
                  la cabeza y respaldados por el ígneo poder eléctrico del Señor 
                  del Mundo están trabajando incesantemente por la perfección 
                  del reino humano por la redención de los demás reinos 
                  subhumanos. Cuando más adelante se aluda al Ashrama, al 
                  Maestro, a los hermanos de grupo, así como a las cohortes 
                  angélicas que intervienen con el reino humano en la evolución 
                  total del Planeta Tierra, se tiene como propósito final hacer 
                  conscientes a los lectores de las infinitas profundidades del 
                  Ser cósmico que un día, muy lejano en el tiempo, tomó a su 
                  cargo la evolución de los hombres y los condujo a través de 
                  etapas de dolor, angustia y sacrificio, hasta el momento 
                  actual en que “apercibidos de su destino espiritual, se 
                  aprestan decididamente a la lucha contra las tendencias 
                  inferiores de la personalidad”.
                  
                  También es interesante señalar, que se pueden seguir las 
                  directrices inteligentes de cualquier verdadera escuela 
                  esotérica, cuando se ha establecido un contacto más o menos 
                  definido con su Ángel Solar, pues ÉL es el primero y el último 
                  Maestro, ya que su relación trasciende la edad y los ciclos 
                  kármicos del tiempo, pues dimana de la propia Vida de Dios, 
                  del Señor del Universo.
                  
                  Con esto consideramos que tendrán un panorama claro, del 
                  destino de la hora cósmica de la humanidad, en la presente Era 
                  de Acuario, y podrán vivir ya, desde este momento como 
                  discípulos del Maestro con toda su gloria y sus dificultades. 
                  El Ángel Solar está presidiendo todo el camino de 
                  identificación y perfección. Es este el momento de no 
                  defraudarlo y acelerar el ritmo de la Vida espiritual y 
                  contribuir conscientemente a nuestra propia liberación, en el 
                  bien entendido que al hacerlo, liberamos de su sacrificio a 
                  Nuestro Ángel Solar y contribuimos directamente también a la 
                  liberación universal del Logos planetario.
                  
                  Si uno de los puntos culminantes de la labor del Ángel Solar 
                  es la Iniciación, los ashramas como lugares en el tiempo donde 
                  ésta se realiza y donde se reciben además las enseñanzas 
                  adecuadas para continuar el proceso evolutivo, cobran una 
                  actualidad y un interés especiales.
                  
                  Estudiarlos en todos los aspectos posibles, es la labor que 
                  emprendemos, con la ayuda de todos Uds.