CAPÍTULO IV
BAKTI YOGA
 
                  
Conocido también bajo la denominación del Yoga de la Devoción o "Camino 
Místico", constituye el segundo de los grandes Misterios del Cristianismo, el 
del Bautismo en el Jordán, siendo el elemento agua, símbolo de purificación, el 
que se halla estrechamente vinculado con el desarrollo de este tipo de Yoga, el 
cual, a su vez, es la representación de un estado de sensibilidad en creciente 
evolución dentro de la conciencia de la humanidad. La consideración esotérica 
del Bakti Yoga nos revela ciertos aspectos muy definidos que nos ayudarán a 
clarificar concretamente nuestro estudio, partiendo de la base de que:
a) Nuestro Universo es el Cuerpo físico de una entidad Psicológica del Segundo 
Rayo cuya expresión natural es el Amor.
b) El Amor es una Cualidad de Vida que, en los seres humanos, se expresa por 
medio de la sensibilidad, de las emociones y de los sentimientos.
c) Tales emociones y sentimientos y la sensibilidad que a través de ellos trata 
de manifestarse son asimismo las cualidades características del Plano emocional, 
siendo este Plano, en su totalidad, el Cuerpo emocional de la Propia Divinidad 
en donde el Alma o Yo Superior, plenamente sensible a la vida espiritual o 
Monádica, trata de expresar el sentimiento de Unidad que es inherente a esta 
Vida.
d) Los deseos, las emociones y los sentimientos (tres aspectos de sensibilidad 
emocional) se gestan, desarrollan y llegan a una plena consumación, o augusto 
cumplimiento de Unidad, a través del cuerpo emocional que en el ser humano 
constituye el más poderoso vínculo de unión con la Divinidad creadora y con el 
aspecto Amor del Ángel Solar (el Alma en su propio plano, el causal).
Teniendo en cuenta estas cuatro ideas que, como verán, son consustanciales, 
puede ser bosquejada ya, por analogía, la finalidad del Bakti Yoga en relación 
con el desarrollo y crecimiento del Árbol Psicológico de la Vida humana.
El Bakti Yoga puede ser considerado definitivamente como un ensayo del Creador 
para manifestar Amor a través de los seres humanos, reconociendo al propio 
tiempo que el Amor es la base fundamental o creadora de este Universo "en donde 
vivimos, nos movemos y tenemos el ser", para llegar finalmente a la conclusión 
de que el cuerpo emocional, como contenedor de un Misterio de la Divinidad, es 
el más potentemente polarizado con el principio básico de este Universo durante 
el proceso de evolución de la humanidad, por su identificación natural con el 
espíritu de Amor que dio Vida al contenido universal. Desde el punto de vista 
esotérico es el Sendero de mínima resistencia en lo que se refiere al desarrollo 
psicológico del ser humano. El vehículo emocional sobre el cual se estructura 
todo el edificio del Yoga de la devoción mística, contiene en sí el espíritu de 
unidad y su línea de atracción natural o Sendero interno conduce al plano 
búdico, allí en donde el sentimiento de amor, de paz y de unidad impregnan los 
éteres sutiles e indescriptibles que lo constituyen. Podríamos decir que el 
éter, en este plano, es puro y radiante y no viene contaminado por ninguno de 
aquellos elementos nocivos y separativos inherentes al deseo de lo material que 
constituye la raíz del karma humano.
Como sabemos por el estudio esotérico del Yoga, el cuerpo físico se subdivide en 
dos aspectos bien definidos, el denso y el etérico; el cuerpo mental, en una 
correcta analogía, puede ser reconocido también en la línea de su progresión 
natural, bajo aspectos objetivos o concretos y subjetivos o abstractos. 
Solamente el cuerpo emocional, como receptáculo o vehículo del aspecto Amor de 
la Divinidad, tiene un carácter definidamente unitario y actúa constantemente 
como un sólido bloque, como un todo unido en sus incesantes intentos por 
reconstruir idéntica cualidad de amor dentro de su corazón que la de Aquel que 
le dio la Vida.
Hacemos tales afirmaciones teniendo en cuenta no sólo las cualidades expresivas 
de sensibilidad que son inherentes al cuerpo emocional, sino también a su 
importancia como estímulo constante de la propia vida humana, cuya culminación 
como Raza ha de hallar en el cuerpo emocional el máximo incentivo. La aspiración 
constante "hacia adentro" siguiendo el camino del corazón, constituye la norma y 
disciplina del Bakti Yoga. Se busca intuitivamente el Amor a través de la 
devoción constante a un Ideal, tanto más puro cuanto menos contaminado por el 
deseo material de cosas y por el apego a las personas. Su línea natural de 
devoción a lo superior ha de hallar en el sentimiento de buena voluntad, en la 
bondad exquisita del corazón y en el sincero esfuerzo de adaptación a todas las 
cosas, a todos los seres y a todas las situaciones, el máximo y más definido 
cumplimiento, es decir, el reconocimiento místico de ser una parte constituyente 
de todo lo creado. Tal reconocimiento, el gozo que determina y la aspiración 
hacia todo factor positivo de vinculación constituyen las líneas de aproximación 
al sentimiento de unidad y fraternidad, que son las cualidades que proyecta 
incesantemente el Arquetipo emocional que, en dicho plano, es una expresión del 
Amor de Dios hacia todo lo creado.
a) La Línea de Actividad del Bakti Yoga
Como podrán observar, si dejan que la intuición penetre en ustedes, Bakti Yoga 
no es un Yoga de grandes esfuerzos ni de fuertes disciplinas, aunque así se lo 
reconozca en los tratados que se refieren al mismo. Paradójicamente, la única 
disciplina y el único esfuerzo consisten en dejarse guiar “libres de esfuerzos y 
de disciplinas" hacia el Ser interior que, desde siempre y a través del Silencio 
Místico, está clamando en el desierto de tantas y tan diversas incomprensiones 
Se trata de seguir en su más depurada fidelidad el sentido de las palabras 
crísticas, sobre las cuales se afirma la clave hermética de la analogía:”Sólo 
por el Amor será salvado y redimido el hombre", las cuales justifican la 
importancia del cuerpo emocional, cuya sutilización constante a través de la 
gama infinita de deseos y sensaciones, lleva precisamente a la culminación del 
Amor y de la sensibilidad, o sea, al sentimiento de unidad tal como se expresa 
en los niveles búdicos del sistema solar.
Todo Yoga, al hacerse conciente en el individuo, tiende a ejercitarse por el 
esfuerzo y la disciplina. Lo hemos observado al analizar la dramática lucha del 
hombre primitivo al tratar de adaptarse a situaciones extremas e 
indescriptiblemente hostiles de la Naturaleza, en su intento de crear un Cuerpo 
físico adecuado a las necesidades expresivas de la Mónada Espiritual. Veremos 
recrudecerse este proceso más adelante, cuando los esfuerzos del Pensador, 
hurgando en los destinos cíclicos del tiempo, se orienten definitivamente hacia 
la búsqueda de la Verdad y hacia la plena expansión de la mente, revelación del 
quinto gran principio cósmico de la naturaleza divina, tratando de responder 
adecuadamente a la eterna y lacerante pregunta "¿quién soy?, ¿de dónde procedo?, 
¿a dónde voy?.
Sin embargo, y por la ley de su propia y natural esencia de unidad, el único 
esfuerzo que le es permitido al cuerpo emocional, de acuerdo con las más 
acrisoladas virtudes del Yoga es "dejarse conducir sin esfuerzo" por aquel suave 
estímulo que procede de las entrañas de sí mismo y que debe culminar en el 
hallazgo del Paraíso Perdido, de aquel místico Edén, cuyo recuerdo intuitivo 
eternamente presente en el Sancta Sanctorum del corazón, permite la continuidad 
del proceso de la Vida. La única inquietud y el único cuidado de la naturaleza 
mística del sincero practicante del Bakti Yoga, es mantener constantemente 
encendida "una antorcha en el corazón", lleno de fe y confiada esperanza en Algo 
o Alguien cuya búsqueda y hallazgo han de constituir necesariamente la suprema 
guía y esperanza de su alma en el Sendero.
Bakti Yoga es, pues, el Yoga de todos aquellos que tratan de amar y hacen del 
Amor, como cualidad de vida, el objeto de la más elevada devoción y culto y el 
promotor de las más elevadas aspiraciones y resoluciones. Ya se trate del deseo 
por algo o de la más exquisita veneración por Alguien, Bakti Yoga opera desde lo 
profundo del corazón y desde allí, sin formularse pregunta alguna, sólo por el 
hecho de seguir serenamente expectante el movimiento místico del corazón, 
hallará siempre el sincero practicante la más adecuada y profunda de las 
respuestas.
b) La Identidad Mística de todos los Yogas
Aunque no todas las personas poseen un temperamento místico que las caracterice 
o capacite como genuinamente practicantes del Bakti Yoga, habría que señalar el 
hecho de que las grandes avenidas espirituales que recorrieron los santos e 
iniciados de todos los tiempos en su búsqueda del Amor Universal o de la Certeza 
absoluta, fueron una creación del espíritu inmortal del hombre en incesante 
proyección hacia las Alturas y una revelación progresiva del tesoro oculto de su 
naturaleza sensible, por lo cual tendremos que admitir que todo aspirante a la 
vida superior, cualesquiera que sean los motivos principales y su línea natural 
o específica de Yoga, deberá algún día emprender la búsqueda mística de los 
testimonios del Amor siguiendo la línea del Bakti Yoga, el camino supremo del 
corazón y del deseo redimido; de la misma manera que el alma más genuinamente 
mística deberá algún día, en justa reciprocidad y correspondencia, emprender 
mentalmente la búsqueda de la Verdad y consumar con el descubrimiento de la 
misma la Certeza Infinita de su alma y el testimonio trascendente de la Mónada 
espiritual, según las disciplinas del Raja Yoga.
Las raíces místicas del Bakti Yoga se hallan profundamente hendidas en aquella 
lejanísima etapa en la historia del planeta, de la segunda subraza de la segunda 
Raza, en que "ciertas potestades dévicas del Segundo Rayo" introdujeron en los 
éteres planetarios aquellas simientes, o recuerdos vivos de un proceso logóico 
anterior, contenidas en el "átomo permanente astral" del Logos planetario. 
Introducidas dichas simientes, o átomos permanentes astrales, en el interior del 
ser humano en evolución y dentro de la Vida de la Naturaleza, se produjeron los 
siguientes resultados:
1. Fueron incorporados al ritmo evolutivo de la Naturaleza planetaria, afectando 
profundamente al reino vegetal, ciertas Jerarquías dévicas especializadas 
procedentes de otros "lugares" del Sistema Solar, cuya misión definida era 
construir el cuerpo emocional, o astral, del ser humano y dotarle de naturaleza 
sensible.
2. Como consecuencia de la apertura de este principio de sensibilidad fue 
iniciada la era del deseo que, millones de años más tarde, se convertiría en el 
afecto sensible que guía los contactos entre sí de los seres humanos y que, 
finalmente, ha de converger en el perfecto Amor, en aquel indescriptible 
sentimiento de paz y de fraternidad que ha de ser la revelación del perfecto 
Arquetipo emocional de las nobles razas del futuro.
Como habrán podido apreciar nos hemos introducido audazmente, tal como es la ley 
esotérica, en zonas de estudio corrientemente veladas a la investigación y que 
no forman parte de los tratados místicos habituales sobre el Yoga. Debemos obrar 
así y Uds. lo comprenderán fácilmente, para poder presentar un cuadro de 
realidades lo más extenso que sea posible. Es lógico, asimismo, admitir que si 
pretendemos analizar las causas fundamentales del Yoga, o sus raíces 
determinadas, deberemos remontamos a sus remotísimos arcanos históricos y 
efectuar, a partir de los mismos, una serie de observaciones y deducciones 
lógicas que clarifiquen su oculto significado. Es así, precisamente, que nos ha 
sido posible constatar la directa vinculación de los átomos permanentes astrales 
de los seres humanos con el Átomo Permanente Astral del Logos Planetario, así 
como la que existe en el vehículo astral del hombre, el Reino vegetal y el 
Cuerpo Astral del Señor de nuestro planeta. Es decir, que el proceso de 
redención mística del deseo humano y la técnica suprema y segura del Bakti Yoga, 
visto desde las elevadas zonas de percepción espiritual en donde actúa en su más 
acabada precisión y justeza el Principio de Analogía, aparece como un tremendo 
impacto sobre los éteres planetarios del aspecto sensible de la propia 
Divinidad, convirtiéndose por este hecho en la verdadera guía interna del 
hombre, la voz de su corazón o de la conciencia, que debe llevarle 
progresivamente a las más excelsas alturas de cumplimiento universal.
Llegamos también a la conclusión de que el desarrollo de la sensibilidad humana, 
desde sus inicios hace millones de años hasta el momento actual en que empieza a 
ser ejercitado el sentimiento creador y en donde la música, la literatura y la 
poesía, así como la ciencia mística de la contemplación, pueden ser percibidas 
como tesoros artísticos entresacados del alma sensible de la humanidad y como 
unas avanzadas del noble Arquetipo emocional de la Raza como un todo para épocas 
futuras, es sólo la expresión de grados de sensibilidad del propio sentimiento 
del Creador ejercitados por el ser humano a medida que va venciendo la inercia 
del deseo y de los múltiples apegos, a través de la línea segura del Bakti Yoga, 
para llegar finalmente a la conclusión de que reconocido el cuerpo emocional de 
la humanidad como un Arquetipo de unidad, no hay Yoga Alguno que se halle 
desprovisto de esta sensibilidad o atractibilidad hacia lo superior y que el 
término "Aspiración" que define constantemente el proceso del Yoga, cualesquiera 
que sean sus motivos y disciplinas, no es sino el aspecto sensible de Dios 
tratando de revelar Amor en todos y cada uno de los Planos del Sistema Solar y 
en cada Reino de la Naturaleza, en cada ser humano y en toda cosa creada.