2. FORMAS ASTRALES
                  
                  Clasificaremos estas Formas por orden de evolución o de 
                  sutilidad psíquica, tal como lo hicimos en el capítulo 
                  anterior:
                  
                  
                  
                  a) Las Formas Astrales minerales, vegetales, animales y 
                  humanas que pueden ser percibidas en determinados subplanos 
                  del Plano Astral.
                  
                  
                  
                  b) Las Formas Astrales o Psíquicas creadas por la humanidad. 
                  Veamos algunas de las más corrientes y conocidas:
                  
                  - Larvas.
                  
                  - Cascarones Astrales.
                  
                  - Incubos y Súcubos.
                  
                  - Lemures.
                  
                  - Las Formas Psíquicas de las Enfermedades.
                  
                  - Las Formas Psíquicas de los Vicios Humanos (Los Pecados 
                  Capitales).
                  
                  - La Forma Psíquica del "Guardián del Umbral".
                  
                  - La Forma Psíquica del "Angel de la Presencia
                  
                  
                  
                  c) Las Formas Astrales de los Devas que dirigen el proceso de 
                  incorporación de energía sensible a cada uno de los cuerpos 
                  físicos creados por la Naturaleza.
                  
                  
                  
                  d) Las Formas Astrales de los Devas cuya misión es construir 
                  el Cuerpo Astral de los seres humanos.
                  
                  
                  
                  
                  
                  e) Las Formas Astrales de los Ángeles Regentes de cada uno de 
                  los Siete Subplanos del Plano Astral.
                  
                  
                  
                  f) La gloriosa Forma Astral del Gran Arcángel VARUNA, el Señor 
                  de las Aguas.
                  
                  
                  
                  
                  
                  a) Las Formas Astrales minerales, vegetales, animales y 
                  humanas que pueden ser percibidas en determinados subplanos 
                  del Plano Astral
                  
                  
                  
                  Todos los niveles de conciencia en la vida de la Naturaleza 
                  son complementarios y obedecen a la ley misteriosa de los 
                  Ritmos. Podríamos decir así que existen muy estrechas 
                  vinculaciones entre los Reinos, las Razas, las especies y el 
                  contenido químico que constituye el complejo celular de todos 
                  los cuerpos de la Naturaleza. Habrá, pues, indudablemente una 
                  definida relación entre el Reino mineral que constituye el 
                  aspecto más denso del Plano físico y el primer subplano del 
                  Plano astral y, por analogía, todas las demás relaciones que a 
                  través del principio de Ritmo pueden ser establecidas por los 
                  demás Reinos. Así, el Reino vegetal estará en íntima sintonía 
                  con el segundo nivel astral, el Reino animal con el tercer 
                  subplano y el Reino humano con el cuarto. Estas relaciones de 
                  orden vibratorio actúan notablemente en el mundo de las Formas 
                  que el investigador esotérico puede observar en los niveles 
                  astrales y que condicionan por "gravedad" las reacciones de 
                  dichas formas al estímulo de los estados de conciencia que 
                  "irradian" de todos los seres de la Creación, sea cual sea el 
                  Reino o la especie dentro de la cual se manifiestan. No es de 
                  extrañar, pues, que existan formas minerales, vegetales, 
                  animales y humanas en los cuatro primeros niveles o subplanos 
                  del Plano Astral. Hay otros tipos de formas que pueden ser 
                  apreciadas en cada uno de tales niveles, como, por ejemplo, 
                  las de los devas, cuya vida suministra la energía sensible 
                  necesaria para la producción de las formas astrales, así como 
                  aquellas otras formas "elementarias" sostenidas en aquellos 
                  niveles por la actividad emocional, correcta o incorrecta, de 
                  los seres humanos.
                  
                  
                  
                  Todos los Reinos de la Naturaleza emiten radiaciones 
                  magnéticas. Tales radiaciones, al transformarse en impulsos 
                  astrales, se convierten en formas definidas bajo la experta 
                  dirección de unos Devas, llamados de la Sensibilidad, y de los 
                  innumerables agentes astrales a sus órdenes. Existe así "un 
                  universo paralelo" al físico, un duplicado perfecto del mismo. 
                  Para el hombre corriente, situado en el plano astral, sin 
                  tener allí una evolución autoconsciente, las formas de este 
                  plano se le manifiestan como realidades físicas, tal como 
                  ocurre, por ejemplo, en el fenómeno del “sueño” mediante el 
                  cual el alma del hombre funciona en el campo astral y percibe 
                  allí, aún a través de las limitaciones propias de su estado 
                  semiconsciente, todas las formas que corrientemente percibe 
                  por medio de los sentidos corporales en el plano físico. Desde 
                  este punto de vista podría ser admitido, sin que careciese de 
                  lógica, que se realiza un fenómeno sincrónico de percepción 
                  físico-astral.
                  
                  
                  
                  En los seres humanos de elevada integración espiritual este 
                  fenómeno aparecerá perfectamente desglosado en su doble 
                  vertiente astral o física. El sabe perfectamente lo que es 
                  físico y lo que es astral por cuanto posee autoconciencia en 
                  ambos mundos y puede provocar a voluntad el requerido desglose 
                  para funcionar inteligentemente sin ser condicionado en su 
                  acción por la multiplicidad de formas astrales que aparecen 
                  ante su atenta y profunda percepción. Sabe también en todo 
                  momento si las formas que percibe son físicas o astrales y no 
                  esta confusa mezcolanza psicofísica en la que se ve envuelto 
                  sin cesar el hombre común por medio de nuestra humanidad 
                  terrestre y que aparece normalmente ante el campo de sus 
                  percepciones habituales, ya sea por medio de la imaginación o 
                  en el estado de sueño cuando abandona su cuerpo físico durante 
                  el tiempo dedicado al descanso corporal.
                  
                  
                  
                  Las formas astrales percibidas así dependerán, por tanto, de 
                  la evolución espiritual de los seres humanos. Un hombre poco 
                  evolucionado percibirá las formas astrales que sean afines a 
                  su especial naturaleza y lógicamente "soñará" o imaginará las 
                  cosas que tal naturaleza exige como fuente de su propia e 
                  íntima integración espiritual. El hombre muy evolucionado 
                  elevará la sintonía de sus cualidades astrales hasta alcanzar 
                  las fronteras de la sensibilidad búdica y su cuerpo astral 
                  será un centro de proyección o un recipiente de las energías 
                  universales que producen y determinan la UNIDAD de conciencia 
                  con todo lo creado, con lo cual se pondrá en contacto con los 
                  Ángeles de la Paz, unos extraordinarios Devas cuya misión es 
                  llevar la Paz Universal del Logos Solar a todas las 
                  humanidades de nuestro Sistema planetario.
                  
                  
                  
                  De acuerdo con esta Ley de sintonía el Plano astral de la 
                  humanidad constituye un verdadero universo paralelo del 
                  universo físico y de todo ser humano y cuanto existe en la 
                  Naturaleza tendrán allí un "duplicado perfecto", aunque en 
                  materia sensible o psíquica, de su contenido físico o 
                  molecular. Este cuerpo psíquico, en lo que al ser humano se 
                  refiere, estará situado en orden a la calidad de su vida 
                  espiritual o evolución personal en el nivel o subplano que por 
                  ley o principio de vibración le corresponda entre los siete 
                  que constituyen el Plano Astral.
                  
                  
                  
                  Las unidades de vida en los demás Reinos tendrán también allí 
                  su duplicado psíquico, siendo apreciadas así en el plano 
                  astral formas minerales, vegetales o animales en el subplano 
                  correspondiente. El fenómeno del "sueño" -que viene a ser como 
                  una muerte aparente en lo que al Plano físico respecta- 
                  muestra todo este conglomerado de fuerzas y de formas, y de 
                  acuerdo con la riqueza de la imaginación y la facultad de 
                  recuerdo que posee el hombre, así serán los "cuadros" e 
                  imágenes que fabricará durante el tiempo en que su conciencia 
                  funcione en el plano astral y que posteriormente trasladará al 
                  cerebro físico, utilizando el hilo misterioso del SUTRATMA, o 
                  hilo de la Vida, a fin de registrar y "archivar" todos 
                  aquellos hechos y experiencias vividas en el cuerpo astral.
                  
                  
                  
                  b) Formas Astrales o Psíquicas creadas por la Humanidad
                  
                  
                  
                  Otros tipos de formas astrales en infinidad de modificaciones, 
                  categorías y grados de sutilidad se ofrecen a la consideración 
                  del observador en el mundo astral. Se trata de todas aquellas 
                  que en lenguaje esotérico llamamos "formas elementales", y 
                  habrá que distinguirlas de las demás en el sentido de que no 
                  constituyen un duplicado de las formas físicas existentes, 
                  sino que son construcciones en materia astral que los devas de 
                  la sensibilidad en grandes grupos y en distintos niveles 
                  realizan, tomando como base y centro de su poder aglutinante 
                  los deseos, emociones y sentimientos que los seres humanos 
                  emiten durante el proceso kármico de sus particulares 
                  existencias. Estas formas se condensarán de acuerdo con la ley 
                  de vibración y el principio de selectividad natural, pudiendo 
                  ser apreciables en todos los niveles y subniveles del plano 
                  astral en donde las reacciones psíquicas de los hombres pueden 
                  hallar una adecuada respuesta. Las habrá, pues, de todas las 
                  vibraciones posibles dentro de la esfera de proyección del 
                  cuerpo astral de los seres humanos, desde las más densas, 
                  repulsivas e indeseables hasta las más sutiles, agradables y 
                  apetecibles, constituyendo una verdadera escala de valores 
                  cualitativos que informarán al hábil investigador de la 
                  situación psíquica o emocional de la humanidad o de cualquier 
                  hombre en particular en un momento dado o histórico del 
                  tiempo, es decir, de su grado de evolución espiritual. Tal 
                  como anunciamos al principio de este capítulo, vamos a 
                  presentarles a ustedes algunas de las formas psíquicas de 
                  "carácter elementario" que pueden ser percibidas en el Plano 
                  astral:
                  
                  
                  
                  Larvas
                  
                  
                  
                  Las larvas son pequeñas concentraciones de materia astral 
                  provocadas por los deseos insanos y materialistas de los seres 
                  humanos y mantenidas coherentemente en el aura astral o 
                  proyección magnética astral por cierto tipo de devas 
                  inferiores, constituyendo puertas de entrada a entidades 
                  elementales mayores... Adoptan frecuentemente la forma de 
                  gusanos y de pequeños reptiles y su presencia en el aura de 
                  una persona indica evidentemente un grado inferior de 
                  evolución espiritual.
                  
                  
                  
                  Cascarones Astrales
                  
                  
                  
                  Constituyen las envolturas psíquicas de un determinado tipo de 
                  devas inferiores, utilizando para su expresión los "cuerpos 
                  astrales" de las personas o animales que dejaron el cuerpo 
                  físico en el fenómeno de la muerte y que normalmente deberían 
                  haber sido "desintegrados" de acuerdo con el proceso redentor 
                  de la substancia material que la Naturaleza realiza 
                  normalmente cuando un cuerpo o una forma ha dejado de ser 
                  utilizado por un determinado centro de conciencia. Vemos, 
                  desde el ángulo oculto, que este proceso natural de redención 
                  de la substancia viene enormemente dificultado por la 
                  proyección en el aura astral o psíquica del mundo, de las 
                  "formas objetivas" de las personas fallecidas y de toda 
                  especie de animales que dejaron el cuerpo físico siguiendo el 
                  proceso kármico de sus existencias particulares, pero que no 
                  fueron debidamente desintegradas. En lo que a los seres 
                  humanos se refiere, la permanencia de las formas objetivas de 
                  los difuntos o de sus "cascarones astrales" es motivada por 
                  las potentes vibraciones que se elevan del plano físico, 
                  constituyendo sólidas invocaciones que atraen la atención del 
                  alma del difunto, prolongando su existencia astral en el mundo 
                  psíquico durante tiempos superiores a los normales y naturales 
                  hasta que, finalmente, su alma se libera y penetra en el 
                  Devachán. Pero, si las invocaciones de los deudos, de los 
                  amigos o de las personas interesadas en establecer 
                  comunicación psíquica con el difunto persisten, a pesar de que 
                  el alma del mismo se halla funcionando ya en niveles 
                  superiores, operan entonces negativamente en el éter astral 
                  ([11]) y posibilitan la actividad de los devas de la 
                  sensibilidad inferior, los cuales pasan a "habitar" aquellos 
                  cuerpos o cascarones astrales sin conciencia o sin alma y a 
                  vitalizarlos con su particular energía e influencia, 
                  creándoles una apariencia de vida y de consistencia que sólo 
                  el hábil y entrenado observador oculto es capaz de descubrir e 
                  identificar. Tales formas astrales de alta densidad psíquica 
                  son las que ordinariamente se manifiestan en las reuniones de 
                  carácter espiritista y aparecen a la visión de los 
                  clarividentes astrales de orden inferior como pertenecientes 
                  realmente a determinadas personas fallecidas. El campo 
                  científico de la PARAPSICOLOGIA sería altamente desbrozado y 
                  clarificado, singularmente en los fenómenos de "comunicación 
                  mediúmnica", si hubiese verdaderos clarividentes en el nivel 
                  mental capaces de distinguir la verdad de lo falso en el orden 
                  apreciativo de los "cascarones astrales" que con apariencias 
                  de "entidades espirituales" penetran falazmente en las 
                  reuniones espiritistas o de carácter psíquico. Desde un ángulo 
                  de vista rigurosamente esotérico debemos advertir a los 
                  investigadores del campo psíquico del peligro que representa 
                  para la integridad espiritual de la Raza la presencia en el 
                  aura astral de la humanidad de esta increíble cantidad de 
                  "cascarones", los cuales, sin que el ser humano se dé cuenta, 
                  le succionan la energía psíquica y le hacen receptible a 
                  enfermedades físicas, a desequilibrios emocionales y a 
                  ilusiones y perturbaciones de carácter mental.
                  
                  
                  
                  Íncubos y Súcubos
                  
                  
                  
                  Lo mismo podría decirse en orden al proceso de creación de 
                  formas astrales con respecto a los INCUBOS (formas astrales 
                  con figura masculina) y a los SUCUBOS (manifestados bajo forma 
                  o figura femenina), siendo tales formas "imágenes voluptuosas" 
                  del hombre con respecto a la mujer y de la mujer con respecto 
                  al hombre. Las hay de todas las categorías imaginables que 
                  pueden ser percibidas en los más bajos substratos del plano 
                  astral constituyendo agrupaciones por orden vibratorio, aunque 
                  siempre de carácter evidentemente inferior. Son formas 
                  nefastas que se perpetúan en el plano astral por falta de 
                  pureza emocional y física en la vida colectiva de la 
                  humanidad. Algunas de ellas pertenecen todavía a la época 
                  LEMUR; poseen, pues, una enorme consistencia psíquica y no 
                  será fácil extirparlas del aura astral de la humanidad por la 
                  presencia de la mismas de los "gérmenes históricos" de lo que 
                  místicamente podríamos definir como "pecado original", es 
                  decir, el pecado del sexo prostituido. La imagen de la 
                  lujuria, de la lascivia y del goce desenfrenado de los 
                  sentidos corporales constituyen los elementos de que se valen 
                  cierto tipo de devas inferiores, llamados "los ángeles del 
                  deseo", para construir las figuras psíquicas de los INCUBOS y 
                  de los SUCUBOS. Algunas de tales formas o figuras poseen un 
                  elevado grado de consistencia física y su invocación por parte 
                  de alguna persona desenfrenadamente lujuriosa ([12]) ha 
                  permitido ciertos contactos carnales en el plano físico dando 
                  la clara sensación de "poseer" o de ser "poseídas". No 
                  consideramos necesarias más amplias informaciones acerca de 
                  este desagradable asunto, el cual es más frecuente de lo que 
                  ordinariamente creemos, pero sí estimamos oportuno "advertir 
                  del peligro" de una imaginación ardiente y lujuriosa en el 
                  sentido de que las vibraciones que emite invocan a aquellas 
                  fuerzas psíquicas elementarias que construyen las formas de 
                  los INCUBOS y de los SUCUBOS. El aura astral del mundo está 
                  lleno de tales formas condensadoras del deseo sexual de los 
                  seres humanos y la corriente desenfrenada de las energías que 
                  constituyen el placer sensorial de la humanidad desde tiempos 
                  realmente inmemoriales, y de las cuales no se ha liberado 
                  todavía, mantiene enrarecida y altamente "contaminada" la 
                  atmósfera astral de nuestro mundo impidiendo que se filtren a 
                  través de ella las gloriosas formas emocionales puras e 
                  incontaminables de una evolución superior a las que debe 
                  aspirar constantemente al ser humano.
                  
                  
                  
                  Lemures
                  
                  
                  
                  Con la denominación esotérica de Lemures quisiéramos describir 
                  a tres poderosísimas Formas psíquicas que pueden ser 
                  percibidas en el Plano astral por los observadores esotéricos 
                  dotados de visión clarividente. Se trata de las Formas 
                  psíquicas del Deseo Sexual, del Miedo y del Egoísmo, que 
                  fueron engendradas durante las primeras subrazas de la Raza 
                  Lemur y que todavía hoy pueden ser observadas en los estratos 
                  inferiores de los Planos mental, astral y físico del planeta, 
                  constituyendo potentísimas estructuras psíquicas que 
                  condicionan la vida psicológica de la humanidad. Sobre algunas 
                  expresiones psíquicas del Deseo Sexual ya hicimos referencia 
                  en el apartado anterior dedicado a los INCUBOS y SUCUBOS y no 
                  vamos a insistir en las mismas, pero existen una extensa 
                  variedad de "formas psíquicas construidas por el poder 
                  aglutinante del deseo sexual”, sin tener que ver 
                  necesariamente con la figura humana. Se trata de unas figuras 
                  repugnantes de aspecto bestial, a veces de grandes 
                  proporciones, que se arrastran pesadamente por los más densos 
                  niveles del Plano astral bajo la forma de una especie de 
                  pulpos gigantes de aspecto viscoso, color marrón oscuro casi 
                  negro y ojos verdosos o rojizos de apariencia vidriosa, 
                  extendiendo sus tentáculos hacia el aura astral de las 
                  personas desenfrenadamente lujuriosas y penetran en sus 
                  vehículos etéricos condicionando la imaginación y el 
                  pensamiento a imágenes lúbricas, obscenas y concupiscentes. 
                  Tales influencias impiden lógicamente la correcta orientación 
                  mental y un adecuado equilibrio de los valores psicológicos 
                  del ser humano, lo cual repercute dolorosamente en los 
                  ambientes familiares y sociales en donde corrientemente 
                  desenvuelven sus existencias kármicas. Algunos de esos 
                  "tentáculos" irrumpen en el vehículo etérico de los seres 
                  humanos a través de las larvas astrales que pululan por la 
                  extensión de sus auras etéricas o campos magnéticos y llegan a 
                  constituir en algunos casos -que podemos llamar desesperados- 
                  elementales psíquicos dotados de tal extraordinario poder y 
                  consistencia vital que llegan a condicionar a la conciencia 
                  individual, utilizándola como "un médium" de aquellas torpes y 
                  bajas inclinaciones.
                  
                  
                  
                  Con respecto a la forma psíquica del MIEDO, deberemos 
                  referimos primero a sus remotas causas u orígenes, que se 
                  pierden en lo insondable de los tiempos y constituyen el 
                  elemento condicionante, total e instintivo que dará lugar "en 
                  cierto momento crucial" de la historia humana al instinto de 
                  conservación o de preservación, el aspecto primario de la 
                  autoconciencia y del libre albedrío. El MIEDO surgió 
                  inicialmente por la imposibilidad del hombre primitivo de 
                  explicarse racionalmente fenómenos físicos provocados por "las 
                  fuerzas desatadas de los elementos de la Naturaleza". Los 
                  Rayos, los Truenos, las grandes tormentas, los terribles 
                  cataclismos geológicos: volcanes, huracanes, terremotos, 
                  inundaciones, etc., marcaron a aquellas incipientes 
                  conciencias no dotadas todavía de razón con el sello de un 
                  irracional trauma colectivo que dio lugar progresivamente a la 
                  espantable Forma Psíquica del MIEDO. Esta Forma subsiste 
                  todavía en nuestros días y el creciente imperio de la 
                  tecnología no ha sido suficiente para desterrar del ser humano 
                  sus nefastas influencias. Podríamos decir, sin embargo, que el 
                  MIEDO ha ido sutilizándose, pasando a actuar en los niveles 
                  astral y mental y no constituyendo quizá una forma objetiva o 
                  definida para el observador superficial; pero sus efectos 
                  continúan siendo desastrosos y altamente perjudiciales para el 
                  correcto desarrollo de la personalidad creadora del hombre. La 
                  multiplicidad de formas psíquicas que surgen de esta 
                  potentísima Entidad Astral gestada por la humanidad desde el 
                  principio de los tiempos adoptan la figura humana, aunque 
                  bestializada por las expresiones psíquicas del terror y 
                  revelando con una nitidez realmente sobrecogedora los claros 
                  síntomas del MIEDO. Algunas de las inseparables expresiones 
                  psíquicas del temor son: la inquietud, el desequilibrio 
                  nervioso, la tensión emocional y algunas enfermedades físicas 
                  de carácter vibratorio, tales como el cáncer y la diabetes. La 
                  Forma Psíquica del MIEDO abarca todas las zonas de expresión 
                  de la psicología humana y se extiende desde el simple miedo a 
                  la oscuridad hasta el invencible temor a la muerte, 
                  constituyendo un bagaje humano que deberá ser progresivamente 
                  destruido a medida que la mente humana, cansada de extenderse 
                  en horizontalidad, busque definitivamente la verticalidad 
                  augusta de la conciencia orientada hacia los Bienes 
                  inmortales.
                  
                  
                  
                  La tercera Forma Psíquica es la del EGOISMO. El EGOISMO es un 
                  aspecto fundamental en la creación y desarrollo de la 
                  personalidad humana y corresponde a aquella etapa 
                  esotéricamente descrita como de "Acumulación de Valores en el 
                  tiempo". El ser humano, desde que nace a la vida física hasta 
                  que deja el cuerpo en el momento cíclico de la muerte, no ha 
                  dejado un solo momento de "acumular valores", sea en el nivel 
                  físico propiamente dicho, en el nivel emocional o en el 
                  mental.
                  
                  
                  
                  Este sentido innato de acumulación es básicamente EGOISMO, 
                  aunque nuestra sutilidad mental trate de hallarle otras 
                  explicaciones a este fenómeno de acumulación que halla su 
                  punto culminante en el TEMOR a perder todo cuanto se haya 
                  adquirido o acumulado en el devenir del proceso de 
                  incorporación de substancia etérica, astral o mental al equipo 
                  kármico de manifestación humana. Como ustedes podrán apreciar, 
                  hallamos aquí un punto de coincidencia entre las Formas 
                  Psíquicas del EGOISMO y del TEMOR, aunque notablemente 
                  diferenciadas en sus expresiones normales o corrientes, es 
                  decir, las que condicionan la conducta habitual del ser 
                  humano.
                  
                  
                  
                  En la adquisición de nuevos y más estilizados valores y en su 
                  correcta aquilatación se halla el sentido esotérico y místico 
                  de liberación espiritual del ser humano, la cual se basa 
                  esencialmente en el difícil arte del "inteligente rechace de 
                  valores", solamente al alcance de los discípulos mundiales, 
                  quienes hacen de la sencillez y de la ausencia de todo temor 
                  la guía suprema de su conducta.
                  
                  
                  
                  Crecer en el tiempo es el móvil básico de toda posible forma 
                  de EGOISMO, hasta llegar el momento cumbre en la vida del ser 
                  humano en que se establece dentro de su conciencia una natural 
                  e inevitable réplica de carácter espiritual, llena de suaves 
                  aunque profundas reflexiones, que hacen que el alma del hombre 
                  empiece a "desnudarse" -simbólicamente hablando- de todo 
                  cuanto no le es imprescindible o necesario en el orden físico, 
                  emocional o mental. Es en este momento de "cíclica 
                  reorientación" de actitudes que el ser humano empieza a 
                  desvincularse de la potentísima Forma Psíquica del EGOISMO y a 
                  desarrollar aquella nueva condición humana basada en el olvido 
                  de si mismo y en el servicio activo por toda la humanidad, 
                  buscando el bien del conjunto y no la gloria efímera de la 
                  autoglorificación individual.
                  
                  
                  
                  Las Formas Psíquicas de las Enfermedades ([13])
                  
                  
                  
                  Es la forma que adoptan en el Plano astral los sufrimientos 
                  psíquicos creados por cualquier tipo de enfermedad, desde la 
                  que es de orden curable e intrascendente, como puede ser un 
                  resfriado o una pequeña lesión orgánica, o aquella otra de 
                  carácter aparentemente incurable y que implacable o 
                  invariablemente conduce a la destrucción o muerte del cuerpo 
                  físico. El sufrimiento, en todas sus infinitas variantes, 
                  produce una reacción en los éteres sensibles del Espacio, y la 
                  materia astral, que constituye el nivel en donde se 
                  manifiesta, se agrupa creando vórtices de energía y atrayendo 
                  a su centro de radiación toda clase de substancia psíquica que 
                  entra dentro de su campo vibratorio, hasta adquirir una Forma 
                  organizada con carácter propio y entidad independiente que a 
                  la vista del cualificado observador aparece como perteneciente 
                  a tal o cual tipo de enfermedad o dolencia física.
                  
                  
                  
                  El dolor moral y el sufrimiento interno producido en el propio 
                  nivel astral por los seres humanos adoptan también sus formas 
                  características, pudiendo ser catalogadas tales formas en 
                  orden a su cualidad e intensidad por el observador e 
                  investigador esotérico. La angustia, el temor, el odio, los 
                  celos, la vanidad, la insatisfacción, la envidia, etc., 
                  aparecen cada cual con el inconfundible sello de sus 
                  peculiares características y puede decirse que constituyen 
                  avenidas de entrada en el cuerpo físico denso, a través del 
                  vehículo etérico, de casi todas las lesiones o enfermedades de 
                  tipo orgánico que padece la humanidad.
                  
                  
                  
                  Las Formas Psíquicas de los Vicios y de las Virtudes Humanas
                  
                  
                  
                  Toda actividad del alma humana constantemente repetida llega a 
                  constituir una Entidad psíquica. Tal Entidad, ocultamente 
                  observada, responde por su Forma o Figura a las cualidades que 
                  se hallan en la base de toda conducta o modo habitual de vivir 
                  y de comportarse. Esta es una verdad natural que toda persona 
                  realmente analítica podrá comprobar si observa a la 
                  personalidad humana desde el ángulo de las virtudes y de los 
                  vicios, o de las cualidades y defectos que exprese 
                  corrientemente en el devenir de su existencia. Desde el ángulo 
                  esotérico, y tal como es apreciado también místicamente a 
                  través de las conocidas tradiciones religiosas de la 
                  humanidad, SIETE son las formas psíquicas de los vicios o 
                  defectos humanos, prescindiendo aquí del gastado léxico de los 
                  Pecados Capitales: SOBERBIA - AVARICIA - LUJURIA - IRA - 
                  ENVIDIA - GULA - PEREZA, las cuales, lógicamente, tienen 
                  también sus cualidades opuestas, constituyendo, a su vez, 
                  Siete Formas Psíquicas que contrarrestan la acción negativa de 
                  los vicios y dejan siempre a la humanidad en óptimas 
                  condiciones de equilibrio kármico a fin de que las decisiones 
                  humanas puedan ser debidamente integradas dentro del proceso 
                  inmutable de la evolución espiritual. Estas cualidades 
                  humanas, que normalmente se oponen a los vicios engendrados en 
                  las edades primitivas de la humanidad, son en su totalidad la 
                  suma de los esfuerzos de los hombres por "resurgir de sus 
                  propias cenizas" –tal como ocultamente se dice- y reorientar 
                  las energías cíclicas de la evolución hacia los elevados 
                  subplanos de cada Plano a fin de establecer allí los anclajes 
                  de la voluntad superior o divina que a través del hombre trata 
                  de manifestarse. Estas cualidades de carácter espiritual y de 
                  orden trascendente, constituyendo tal como esotéricamente se 
                  afirma "las Perlas Místicas del Sendero de Retorno", son, como 
                  ustedes saben, las siguientes: HUMILDAD - LARGUEZA o 
                  PRODIGALIDAD - CASTIDAD - PACIENCIA - CARIDAD - TEMPLANZA - 
                  ACTIVIDAD o DILIGENCIA.
                  
                  
                  
                  Tales cualidades, al igual que los vicios y defectos humanos, 
                  constituyen un sólido bloque de materia astral o psíquica y se 
                  agrupan, como todas las cosas de la Naturaleza y del Universo, 
                  en las antes descritas Siete Divisiones, cada cual con su 
                  propia forma o figura característica representativa de las 
                  virtudes que encarnan y que pueden ser observadas 
                  objetivamente en la vida personal de las personas que las 
                  desarrollan y practican. Lo mismo ocurre naturalmente con la 
                  Séptuple división de los vicios y defectos humanos, los cuales 
                  arrancan asimismo de un sólido bloque de materia psíquica. A 
                  estos dos bloques, de naturaleza lunar uno y de ascendencia 
                  solar el otro, se los denomina esotéricamente: EL GUARDIAN DEL 
                  UMBRAL y EL ANGEL DE LA PRESENCIA. Son dos poderosísimas 
                  Entidades Psíquicas que se expresan utilizando las energías 
                  dévicas de los diferentes subplanos de cada Plano en donde el 
                  ser humano posee cuerpos o vehículos de expresión y 
                  constituyen en su justo y natural equilibrio "la Serena Medida 
                  de la Evolución. Tal es el orden en que pueden ser 
                  clasificadas todas estas Formas Psíquicas:
                  
                  
                  
                  
                  El estudio algo más detallado de las Dos Entidades Psíquicas 
                  originarias del proceso será realizado en los dos próximos 
                  apartados. Creemos sinceramente que arrojará una nueva luz 
                  sobre los conceptos tradicionales de la fe religiosa en el 
                  sentido del Bien y del Mal y sobre sus figuras representativas 
                  el ANGEL y el DEMONIO, las dos poderosísimas Entidades dotadas 
                  de Forma Psíquica creadas por los hijos de los hombres a 
                  través de las edades.
                  
                  
                  
                  La Forma Psíquica del GUARDIAN DEL UMBRAL
                  
                  
                  
                  Es la Forma total y absoluta de la INVOLUCION -si es que 
                  podemos decirlo así- correspondiente al Plano astral de la 
                  humanidad. Constituye la suma de todas las esperanzas y deseos 
                  sustentados por los hombres desde el principio mismo de la 
                  historia del Cuarto Reino y adopta la figura de una gigantesca 
                  y horrorosa Entidad Humana, muy parecida en sus trazos a la 
                  que ostenta tradicionalmente el Demonio Tentador de los 
                  antiguos relatos religiosos y místicos de la Antigüedad. Esta 
                  terrorífica Entidad creada por los seres humanos a través de 
                  las edades "encarna en si" todo cuanto éstos desearon y 
                  sintieron de incorrecto dentro del corazón y que expresaron 
                  luego a través de una conducta profundamente egoísta y 
                  posesiva creando su impronta en los bajos sedimentos del plano 
                  astral, constituyendo la base de aquella forma psíquica o 
                  elementaria de gigantescas proporciones que ya, desde aquellos 
                  remotos tiempos, ha acompañado y acompaña la actividad kármica 
                  de los hijos de los hombres. La Forma psíquica del Guardián 
                  del Umbral será destruida a su debido tiempo, durante la 
                  Iniciación que recibirá nuestro Logos Planetario en una 
                  determinada fase de Su Integración espiritual o proceso 
                  evolutivo, pero, según se nos dice esotéricamente, es la 
                  propia humanidad –que forma parte de la Voluntad del Logos- la 
                  que deberá realizar el necesario esfuerzo inicial y cumplir 
                  religiosamente la "deuda kármica" contraída hace unos ciclos 
                  imponderables de tiempo con esta divina ENTIDAD PLANETARIA; 
                  Guía espiritual de nuestro mundo.
                  
                  
                  
                  La Forma involutiva del Guardián del Umbral de la Humanidad es 
                  la suma del contenido psíquico inferior segregado por los 
                  seres humanos a través de incontables edades. Habrá que 
                  admitirse lógicamente, pues, la existencia de una Forma 
                  Psíquica Astral del Guardián del Umbral para cada ser humano, 
                  siendo parte de la responsabilidad kármica individual la 
                  desintegración de esta Forma elementaria creada en el 
                  transcurso del tiempo, mantenida "en suspensión" sobre su aura 
                  etérica y constituyendo el principal impedimento para la 
                  realización espiritual del alma en el Sendero. Habrá que 
                  prestarse, pues, una especial atención a esta Forma astral 
                  construida con los burdos materiales del astralismo inferior, 
                  salpicada de todos los bajos instintos y coloreada de todas 
                  las indeseables cualidades de la personalidad autocentrada y 
                  egoísta. Es la espantable figura que deberá afrontar el 
                  candidato a la Iniciación y que tendrá que destruir 
                  inexorablemente si quiere continuar ascendiendo por la gran 
                  Escalera de Jacob, que se extiende desde el Plano físico al 
                  espiritual más elevado e incluyente.
                  
                  
                  
                  Esotéricamente existen dos Formas típicas del Guardián del 
                  Umbral, aparentemente superpuesta la una sobre la otra.
                  
                  
                  
                  a) Astral o Psíquica, condensando todos los innobles deseos 
                  humanos.
                  
                  b) Mental, poderosamente incluyente y condensando todos los 
                  pensamientos incorrectos de la humanidad.
                  
                  
                  
                  La primera corresponde a la evolución astral de la humanidad y 
                  está constituida de substancia psíquica, seleccionada por los 
                  devas correspondientes a estos bajos niveles de acuerdo con el 
                  grado de densidad de los deseos humanos que intervienen en el 
                  proceso de construcción; la segunda depende de la evolución 
                  mental de la humanidad y está construida por la cualidad 
                  íntima de los pensamientos bajos e innobles, elaborados por 
                  todos los seres humanos, individualmente y como grupo, en el 
                  curso misterioso de los ciclos del tiempo. Como siempre, la 
                  medida de la evolución humana, en lo que corresponde al 
                  presente evolutivo, se halla en el contenido astral y mental 
                  de los seres humanos y en su capacidad augusta de transmutarlo 
                  en cualidades espirituales o místicas de la más excelsa 
                  vibración.
                  
                  
                  
                  La Forma Psíquica del Angel de la Presencia
                  
                  
                  
                  Contrarrestando la horrorosa y espantable silueta del Guardián 
                  del Umbral, está la bella y delicada forma del Angel de la 
                  Presencia. Ha sido creada asimismo por la humanidad y en su 
                  totalidad constituye una hermosa Entidad Psíquica que 
                  centraliza en si todas las nobles y apetecibles cualidades que 
                  los seres humanos desarrollaron durante el larguísimo trayecto 
                  de la evolución del Cuarto Reino y constituyen aquella suma de 
                  energías psíquicas que esotéricamente llamamos "el buen karma" 
                  de la humanidad.
                  
                  
                  
                  Podríamos decir que ambas Formas, la del Guardián del Umbral y 
                  la del Angel de la Presencia, son verdaderas Entidades, ya que 
                  poseen una conciencia que les es propia y constituyen en su 
                  interdependencia la Balanza Mística de la Evolución, 
                  encarnando las Fuerzas duales de la existencia. Según se nos 
                  dice esotéricamente, en el momento místico de la Iniciación y 
                  frente a la dorada Puerta que da acceso a la "Cámara de los 
                  Misterios" pueden ser percibidas estas dos Entidades. Dichas 
                  Entidades le ofrecen al Candidato las "dádivas" u ofrendas que 
                  son esencia de su propia y particular estructura psíquica; es 
                  decir, vicios y defectos, encubiertos bajo engañosas y falaces 
                  formas de sanos placeres por parte del Guardián del Umbral, y 
                  cualidades y virtudes espirituales, por parte del Angel de la 
                  Presencia. Finalmente, es el discípulo candidato a los 
                  Misterios quien debe decidir "sin presión externa alguna" -ya 
                  que la Balanza de Osiris que pesa el corazón del aspirante a 
                  la Iniciación se halla siempre en mágico y misterioso 
                  equilibrio- hacia qué lado deberá inclinarse el platillo de la 
                  balanza cósmica que pesa su corazón: si hacia el Guardián del 
                  Umbral o hacia el del Angel de la Presencia. La decisión del 
                  Candidato por una u otra de las Entidades Psíquicas que 
                  alberga su corazón, y que es el fruto de las edades 
                  transcurridas desde el principio de su proceso evolutivo como 
                  ser humano, determinará su entrada o no dentro del Recinto 
                  Iniciático en donde están esperando ya imperturbablemente el 
                  HIEROFANTE Iniciador, los Dos Padrinos Espirituales ([14]) y 
                  los miembros de la Gran Fraternidad Blanca que pueden 
                  concurrir con pleno derecho al desarrollo de aquel supremo y 
                  trascendente proceso creador planetario. Si el candidato se 
                  decide por el Guardián del Umbral, lo cual muy raramente 
                  sucede, la Puerta Iniciática permanece cerrada y el aspirante 
                  a los Misterios deberá volver de nuevo al mundo profano sin 
                  llevar consigo las dádivas espirituales y si "un más pesado y 
                  fatigoso peso sobre los hombros", ya que deberá iniciar un 
                  nuevo y más doloroso camino de acceso a los Bienes Inmortales. 
                  Si, por el contrario, elige al Angel de la Presencia, 
                  desaparecerá inmediatamente de su vista la espantable silueta 
                  del Guardián del Umbral, el cual, en aquellos momentos, 
                  presenta su verdadera y horrorosa Faz y ya no podrá engañar 
                  más al discípulo espiritual. Es entonces cuando se abre la 
                  Dorada Puerta de los Misterios y el Candidato puede recibir la 
                  Iniciación que corresponde a su estado evolutivo... Desde 
                  aquel momento, y gracias a la intervención del Hierofante y de 
                  los dos Padrinos, una energía de más elevada potencia y 
                  sutilidad circula por los centros etéricos del Iniciado y una 
                  parte considerable del karma inferior acumulado dentro del 
                  corazón por la presión del Guardián del Umbral es liberado. El 
                  Guardián del Umbral pierde entonces "densidad y consistencia" 
                  y, por el contrario, el Angel de la Presencia adquiere una 
                  nueva luz y una más radiante proyección de su aura de Paz y de 
                  Armonía. Este es a grandes rasgos el proceso iniciático, el 
                  cual, como habremos podido observar, viene precedido siempre 
                  por una voluntaria y muy íntima elección de parte del 
                  discípulo o del hombre verdaderamente espiritual.
                  
                  
                  
                  Lo mismo que fue dicho en el apartado anterior acerca de los 
                  niveles de expresión psíquica y mental donde desarrollaba sus 
                  actividades el Guardián del Umbral, puede ser dicho ahora con 
                  respecto al Angel de la Presencia, en el sentido de que 
                  existen dos Formas características del mismo: una concreta y 
                  objetiva, construida por los devas de acuerdo con las 
                  delicadas y elevadas emociones y sentimientos del hombre, y 
                  otra, más sutil todavía, que corresponde a la energía generada 
                  por los más potentes, dinámicos y constructivos pensamientos e 
                  imágenes mediante los cuales es estructurada la radiante 
                  figura angélica, centro de paz y de armonía dentro del corazón 
                  del hombre.
                  
                  
                  
                  c) Las Formas Astrales de los Devas que dirigen el proceso de 
                  incorporación de energía sensible a cada uno de los cuerpos 
                  físicos creados por la Naturaleza
                  
                  
                  
                  Algunas de estas jerarquías dévicas están muy por encima de la 
                  evolución humana corriente, pero sus formas no son fáciles de 
                  identificar aún en sus inferiores especies o familias debido a 
                  que forman parte del "bloque de energía sensible" -he ahí una 
                  expresión que sólo muy deficientemente da una idea de la 
                  realidad- constituyendo un aspecto vibratorio especifico del 
                  nivel astral en donde se manifiesta, el cual se extiende desde 
                  los bajos y densos niveles en donde se expresan los deseos 
                  posesivos de los hombres hasta las elevadas cumbres de 
                  inenarrable belleza en donde se expresa en su aspecto mas 
                  sublime el sentimiento creador de la Divinidad, pasando por 
                  los niveles vibratorios en donde son actualizadas todas las 
                  emociones posibles del corazón humano.
                  
                  
                  
                  Con respecto a las Formas de los Devas de la Sensibilidad, tal 
                  como nos ha sido posible observarlas en distintos niveles del 
                  Plano astral, podríamos decir que poseen generalmente una 
                  vaporosa figura humana revestidas de los colores 
                  característicos de las cualidades sensibles que encarnan y que 
                  infunden en el corazón místico de toda posible forma física 
                  creada en la Naturaleza. Por ejemplo:
                  
                  
                  
                  Como verán, sólo hemos analizado las cualidades sensibles que 
                  corresponden a los colores básicos de la manifestación solar. 
                  El estudio científico de la CROMÁTICA (CROMOTERAPIA), tal como 
                  la viene practicando ya la Ciencia Médica actual con vistas a 
                  la curación de ciertas enfermedades de tipo flemoso ([15]), 
                  puede extender la investigación al inmenso campo de la 
                  sensibilidad humana y al de las cualidades sensibles de Orden 
                  superior que el correcto empleo de ciertos colores Puede 
                  desarrollar en los seres humanos, hasta llegar a un 
                  determinado punto -lo cual ocurrirá en un no muy lejano 
                  futuro- en el que las investigaciones científicas se 
                  introducirán en el Plano astral y establecerán contacto con 
                  las huestes dévicas que concurren en la actividad planetaria 
                  de dotar de sensibilidad a todas las formas creadas.
                  
                  
                  
                  Un tipo especial de Devas de la Sensibilidad ubicados en un 
                  definido nivel dentro del Esquema Emocional de la Naturaleza 
                  intervienen directamente en la evolución de la sensibilidad 
                  humana y realizan la desconocida y misteriosa alquimia de 
                  transmutar el deseo de los hombres en aspiración superior, 
                  activando en sus corazones las cualidades sensibles superiores 
                  que se manifiestan en las cálidas emociones humanas y en sus 
                  insaciables anhelos de perfección. A esta categoría de Ángeles 
                  se les denomina esotéricamente "los Ángeles del Equilibrio" y 
                  son especialmente invocados cuando el hombre alimenta en su 
                  Corazón encendidos anhelos de integridad y pureza.
                  
                  
                  
                  Los tipos corrientes de "devas de la sensibilidad" son 
                  responsables directos de los cambios efectuados constantemente 
                  en el cuerpo astral de los seres humanos, ya sean los 
                  normalmente apetecibles o los habitualmente indeseables, con 
                  lo cual nos introducimos nuevamente en el problema de la 
                  jerarquía espiritual, definido esotéricamente en aquel 
                  sencillo axioma, tratado ya anteriormente en nuestro estudio, 
                  y que dice así: "... hay un Angel para cada hombre y un hombre 
                  para cada Angel". En nuestro particular estudio sobre el 
                  aspecto sensible de la Naturaleza, del cual el cuerpo astral 
                  de los hombres constituye una pequeña parte, tenemos en cuenta 
                  esta particularidad, más la especial referencia derivada del 
                  axioma antes descrito, en el sentido de "hay un deva de la 
                  Sensibilidad para cada estado de conciencia humana". Siendo 
                  tales estados de conciencia de carácter automático y de orden 
                  constante, es comprensible que el observador clarividente que 
                  analiza el cuerpo astral de cualquier ser humano pueda darse 
                  cuenta del grado de elevación espiritual del mismo, es decir, 
                  su grado de integración o de sensibilidad que afectará 
                  lógicamente la radiación magnética de su aura astral y la 
                  proyección a través de la misma de sus cualidades más intimas 
                  por medio de los colores que fúlgidamente aparecerán o 
                  desaparecerán siguiendo el trazado señalado por cada uno de 
                  los estados de conciencia, dando razón de la calidad de la 
                  materia sensible que constituye el cuerpo astral de la persona 
                  analizada. Los colores claros, brillantes y de gran radiación 
                  magnética indicarán sin lugar a dudas las elevadas 
                  inclinaciones espirituales de la misma, en tanto que los 
                  colores oscuros, apagados y sin radiación magnética definirán 
                  sin error posible a las personas de tendencias netamente 
                  materialistas y egoístas. Esto lo saben los aspirantes 
                  espirituales y todos aquellos que hayan estudiado en alguna 
                  medida los libros teosóficos u ocultistas. Falta agregar, sin 
                  embargo, a estos posibles conocimientos la idea esencial, sin 
                  la cual mucho de cuando intenta decirse en este Tratado 
                  quedaría sumido en la penumbra de lo incompleto, de que "las 
                  cualidades sensibles de la Naturaleza" son Entidades astrales 
                  con la misión de vivificar el cuerpo emocional de los seres 
                  humanos y de las especies superiores del Reino animal y 
                  cualificarlos de acuerdo con sus particulares tipos 
                  vibratorios.
                  
                  
                  
                  La idea de una Entidad angélica correspondiéndose mágicamente 
                  con cada una de las cualidades espirituales que puedan 
                  desarrollarse en la vida mística del ser humano, arrojará 
                  mucha luz para la científica comprensión de los fenómenos 
                  internos, los de orden psicológico normal y aquellos que son 
                  estudiados bajo la denominación de esotéricos o de 
                  parapsicológicos, estableciéndose así unos vínculos de 
                  relación que hasta este momento habían permanecido encubiertos 
                  bajo la pesada losa le la tradición u ocultos tras el tupido 
                  velo de los misterios espirituales, en el sagrado Retiro de 
                  los Ashramas de la Jerarquía.
                  
                  
                  
                  Nuestro mundo se halla inmerso desde hace varios lustros 
                  dentro de un océano de realizaciones científicas. Los 
                  adelantos en este campo son extraordinarios y no vamos a 
                  discutir sobre ellos, pero sí deberemos hacer mención al paso 
                  siguiente que deberá emprender la Ciencia actual sí quiere 
                  explicarse racionalmente -tal como es su sistema de 
                  investigación- algunos de los fenómenos sometidos a su 
                  consideración inmediata, Como pueden ser, por ejemplo, los de 
                  la electricidad, de la luz, de la energía y de la proyección 
                  magnética de los cuerpos, cuya causa permanece todavía como un 
                  enigma ante el conocimiento intelectual Un paso que deberá ser 
                  dado muy humildemente admitiendo, siquiera como una hipótesis 
                  mental, que la Naturaleza -que tiene respuesta para todas las 
                  preguntas formuladas con buena fe y recta intención- guarda en 
                  su interior un mundo invisible para el profano, pero que no es 
                  un lugar de misterios ni de secretos irrevelables, sino un 
                  campo de conocimientos y de verdades ocultas que "exige ser 
                  descubierto y revelado". Así la sabía Naturaleza revelará que 
                  hay un aspecto sensible en el interior de todas las cosas 
                  creadas que gobierna todas las manifestaciones que tienen 
                  lugar en el plano físico, y de que no existe fenómeno alguno 
                  en la Naturaleza, incluida la Causa suprema de la Vida, ni 
                  estado de conciencia humana que no puedan ser convenientemente 
                  explicados por la intervención de las potestades ocultas o 
                  Entidades angélicas, cuya Vida manifestada a través de todo 
                  tipo de materia sensible constituye el verdadero CONOCIMIENTO 
                  que el ser humano realmente inteligente tiene el deber de 
                  descubrir y de revelar.
                  
                  
                  
                  d) Las Formas Astrales de los Devas cuya misión es construir 
                  el Cuerpo Astral de los Seres Humanos.
                  
                  
                  
                  Pertenecen a una categoría especial de AGNISURYAS cuya 
                  evolución natural está relacionada con la de los seres humanos 
                  y tiene como principal objetivo construir los vehículos 
                  astrales de los hombres de acuerdo con sus particulares 
                  naturalezas, tendencias e inclinaciones. Tal como dijimos en 
                  el primer libro de este Tratado ([16]), el átomo permanente 
                  astral del ser humano contiene en potencia todas las 
                  experiencias astrales por las que pasó el alma individual a 
                  través del tiempo, y en el proceso de "reencarnación" al que 
                  han de sujetarse todos los seres vivientes, sea cual sea su 
                  condición o especie en la vida de la Naturaleza, ese átomo 
                  permanente, situado en el subplano atómico del Plano astral, 
                  emite unas vibraciones conteniendo impulsos de vida y deseos 
                  de manifestación de los que se hacen eco "los Elementales 
                  Constructores del cuerpo astral”, los cuales con singular 
                  maestría -tal como se nos dice esotéricamente- utilizan 
                  substancia sensible de la cualidad correspondiente a los 
                  peculiares tipos de vibración emitidos y construyen lentamente 
                  el vehículo astral de cada ser humano, prosiguiendo luego "la 
                  solidificación de su estructura" hasta la edad física de 
                  catorce años, en la que el cuerpo astral adquiere cierta 
                  capacidad de independencia y deja de estar bajo el control 
                  exclusivo del Elemental Constructor, el cual se mantiene desde 
                  aquel momento discretamente aparte y sólo interviene 
                  normalmente en la adición de materia sensible de mejor 
                  cualidad vibratoria al cuerpo astral del ser humano a medida 
                  que éste va progresando espiritualmente en el Sendero.
                  
                  
                  
                  La diferencia entre este Deva Constructor del cuerpo astral de 
                  los seres humanos y aquellos otros analizados anteriormente, 
                  cuya misión de dotar de cualidad sensible a todos los cuerpos 
                  de la Naturaleza, reside en el hecho de que el Deva 
                  Constructor viene kármicamente enlazado al alma del hombre, en 
                  tanto que los Devas de la Sensibilidad en sus innumerables 
                  huestes se limitan a "agregar substancia sensible" al cuerpo 
                  astral del hombre de acuerdo con sus estados peculiares de 
                  conciencia y prescindiendo en absoluto de otras razones. En el 
                  hecho de la "vinculación kármica", anteriormente mencionado, 
                  hay un misterio que le será revelado al hombre en el momento 
                  en que reciba la segunda Iniciación.
                  
                  
                  
                  Ahora bien, contemplado un AGNISURYA Constructor desde el 
                  nivel mental y utilizando la facultad de clarividencia se le 
                  aprecia bajo una increíble variedad de matices. Si bien el 
                  color característico predominante de los AGNISURYAS es el azul 
                  índigo en un infinito y sorprendente despliegue de 
                  tonalidades, en la evolución de su trabajo adopta los colores 
                  típicos de los estados de conciencia de los seres humanos, los 
                  cuales se reflejan en el aura sensible astral produciendo en 
                  la misma radiaciones brillantes del color característico de 
                  las emociones que corresponden a aquellos estados de 
                  conciencia. Nada tan bello e interesante desde este ángulo de 
                  vista, es la observación del cuerpo astral de una persona de 
                  elevada integración espiritual. Su aura posee todas las 
                  irisaciones posibles dentro de los tonos cromáticos de la 
                  Naturaleza con unos fúlgidos destellos de brillantes colores 
                  amarillo claro, azul, blanco y violeta que en tal caso son 
                  predominantes y contrastan poderosamente con las opacas 
                  radiaciones que emite el cuerpo astral de una persona muy 
                  escasamente evolucionada y a través de cuya aura sólo son 
                  perceptibles colores parduscos, grisáceos o rojizos. Pero no 
                  olvidemos que tras este velo de materia sensible coloreada por 
                  las cualidades espirituales o materiales del ser humano se 
                  halla siempre la presencia oculta del Elemental Constructor, 
                  quien, tal como vulgarmente se dice, "no quita ni pone rey", 
                  limitándose únicamente a agregar el contenido astral del 
                  hombre y a través de "los Devas de la Sensibilidad", 
                  substancia sensible del Plano astral que más en armonía o 
                  sintonía se halle con sus estados de conciencia y peculiares 
                  condiciones psíquicas.
                  
                  
                  
                  La Forma del Elemental Constructor Astral es la humana, siendo 
                  radiante la naturaleza de su contenido psíquico, y guarda una 
                  cierta semejanza con las facciones físicas del hombre, 
                  corroborándose aquí de nuevo la verdad esotérica de que "hay 
                  un Angel para cada persona y una persona para cada Angel". La 
                  actividad de este Deva es muy difícil de ser percibida, 
                  singularmente si es de gran evolución, tal como ocurre con 
                  aquél que ha de construir el cuerpo astral de algún elevado 
                  discípulo o iniciado del planeta, ya que deberá utilizar 
                  materia sensible de alta cualidad proveniente de los más 
                  elevados subplanos del Plano astral. En general los AGNISURYAS 
                  Constructores son transparentes, excepto en aquellos de 
                  categoría espiritual inferior cuya misión es construir los 
                  vehículos astrales de los hombres poco evolucionados y de los 
                  animales superiores. Estos Devas aparecen a la visión del 
                  observador clarividente bajo tintes opacos y con los apagados 
                  colores propios de las cualidades inferiores de los hombres y 
                  especies a quienes deben construir sus adecuados vehículos 
                  astrales. Como ustedes comprenderán, las jerarquías de los 
                  Elementales Constructores astrales son innumerables. Para 
                  tener una acertada noción de sus infinitas variedades bastará 
                  considerar la multiplicidad increíble de tonalidades 
                  cromáticas que pueden ser creadas con sólo mezclar entre si 
                  los tres colores básicos: rojo, azul y amarillo, y entre los 
                  siete que en su totalidad constituyen los irisolados colores 
                  del espectro solar, habida cuenta, y de acuerdo con la 
                  analogía, de que a cada estado de ánimo o a cada emoción 
                  humana corresponde un tipo definido de vibración y un adecuado 
                  color dentro de la infinita escala cromática de la Naturaleza.
                  
                  
                  
                  e) Las Formas de los Ángeles Regentes de cada uno de los Siete 
                  Subplanos del Plano Astral
                  
                  
                  
                  Es tarea dificilísima, por no decir imposible, percibir a los 
                  Ángeles Directores o Regentes de los Subplanos del Plano 
                  astral. Nos limitaremos a decir que el color del Aura que 
                  irradia de sus radiantes "Cuerpos" constituye la NOTA 
                  característica o dominante del Subplano del cual son Regentes. 
                  Esta Aura se extiende como un Manto de Luz sobre la totalidad 
                  de cada Subplano y constituye una maravillosa experiencia para 
                  que el observador esotérico pueda sumergirse en la 
                  interioridad augusta del Centro de Luz desde donde el Angel 
                  Regente hace sentir su presión sobre cada una de las vidas que 
                  en aquel nivel "viven, se mueven y tienen el ser" y poder 
                  captar el significado oculto del COLOR, en forma de radiante 
                  Luz, que surge de aquel insondable Centro y sentirse inundado 
                  de las Cualidades augustas de aquella Vida Central cuya 
                  evolución, en lo que a la vida de nuestro planeta se refiere, 
                  corresponde analógicamente a la de los grandes CHOHANES de 
                  Rayo con los cuales y de manera misteriosa vienen enlazados.
                  
                  
                  
                  La obra mística de estos excelsos Ángeles del Plano Astral 
                  será mejor comprendida si, de acuerdo con los sentimientos que 
                  suscitan en los seres humanos, establecemos la siguiente 
                  relación de analogía:
                  
                  
                  
                  El estudio de las cualidades humanas nos muestra una extensa 
                  gama de sentimientos, los cuales matizan el aura astral del 
                  mundo y lo cualifican para poder atraer de los grandes Señores 
                  de cada Subplano la correspondiente y adecuada respuesta a sus 
                  íntimas y más ocultas necesidades, pues es obvio que los 
                  Ángeles, que son los Custodios del Sentimiento creador de la 
                  Divinidad, no pueden ofrecer más de lo que los hombres sean 
                  capaces de recibir y de proyectar. Así, el cuadro astral de la 
                  humanidad, visto en cualquier momento histórico o cíclico del 
                  tiempo, aparecerá coloreado por el sentimiento que embarga a 
                  la mayoría de los seres humanos de acuerdo con la presión de 
                  los acontecimientos kármicos planetarios, los cuales alteran 
                  radicalmente a veces los hábitos establecidos en el pasado y 
                  dotan a la gran familia humana de nuevas oportunidades de vida 
                  con un enriquecimiento apreciable de sus cualidades 
                  emocionales de aproximación a la Vida. En general, las 
                  cualidades adquiridas se exteriorizan en forma de 
                  sentimientos, y cuando los sentimientos humanos son mantenidos 
                  o perpetuados en el tiempo se convierten en Entidades Astrales 
                  de gran envergadura espiritual y de gran poder inspirativo.
                  
                  
                  
                  Vemos, en consecuencia, que la cualidad de Paz, expresión de 
                  la Vida del Angel Regente del primer subplano del Plano 
                  astral, desarrolla en los seres humanos el sentimiento de 
                  Unidad con todo lo creado. De ahí que la falta de Paz en los 
                  individuos y en los grupos degenere en el sentimiento de 
                  separatividad de los hombres entre sí y cree las semillas de 
                  todas las posibles discordias en los ambientes sociales del 
                  mundo.
                  
                  
                  
                  El Amor, cualidad esencial en la vida de nuestro Universo de 
                  segundo Rayo, es la energía más incluyente en la vida de la 
                  Naturaleza, generando el sentimiento de Identidad de los 
                  hombres, los cuales, sin necesidad de elemento de juicio 
                  alguno, SABEN que existe un Misterio de Participación divina 
                  en el corazón de todo ser viviente que un día será 
                  absolutamente consciente en la vida de todo ser humano.
                  
                  
                  
                  La cualidad de Comprensión, tal como la expresa el Angel 
                  Regente del tercer Subplano, será precisamente la que creará 
                  en los hombres aquella conciencia de integridad y 
                  participación que ha de convertirse un día en Fraternidad. 
                  Intelectualmente el ser humano sabe que forma parte de un 
                  conjunto de valores sociales, pero su corazón no está todavía 
                  lo suficientemente desarrollado como para COMPRENDER que él y 
                  todos los demás hombres de la Tierra participan de la misma 
                  esencia creadora y que son realmente hermanos, ya que su 
                  procedencia es divina y han surgido del mismo Centro Creador.
                  
                  
                  
                  La cualidad de Armonía es la Vida expresiva del Gran Señor 
                  AGNISURYA, Regente del cuarto Subplano del Plano Astral, es la 
                  cualidad máxima que ha de desarrollar la humanidad en esta 
                  Cuarta Ronda planetaria para poder establecer un orden social 
                  recto y equilibrado, insujeto a la condición de tantos errores 
                  y desaciertos cometidos en el pasado. Esotéricamente sabemos 
                  que el destino de la humanidad es la búsqueda de la Armonía a 
                  través del Conflicto, es decir, de la lucha contra todos los 
                  impedimentos situados entre ella y la meta deseada de 
                  equilibrio social, y que esta lucha adquiere caracteres de 
                  verdadera desolación y tragedia cuando las naciones se 
                  enfrentan entre si, originando las monstruosas matanzas de la 
                  guerra, con sus inevitables genocidios y destrucciones de 
                  todas las clases imaginables...
                  
                  
                  
                  El quinto subplano del Plano Astral está definido por la 
                  cualidad del Entusiasmo, el que confiere la capacidad intima 
                  de investigación de todas las cosas de la Vida, idealizándolas 
                  y ennobleciéndolas dentro de un sentido justo de valores 
                  causales, reconociéndolas como formando parte del gran 
                  conjunto creador y considerándolas unas piezas necesarias e 
                  imprescindibles para el desenvolvimiento de la Obra universal. 
                  De ahí que el sentimiento que despierta en el corazón humano 
                  sea el de Participación en esta obra singular de incorporación 
                  de energías a la Obra mística de la Creación.
                  
                  
                  
                  La cualidad característica del Angel Regente del Sexto 
                  Subplano Astral es la de Devoción infinita a la obra de la 
                  Divinidad, a la que idealiza hasta extremos insospechables, 
                  más allá de nuestra comprensión. Todas las aspiraciones 
                  humanas de orden superior, sus grandes imaginaciones e ideales 
                  y el amor por la obra mística de la Naturaleza son expresiones 
                  infinitas de este glorioso Angel, protector oculto de todas 
                  las grandes religiones del mundo y responsable directo de toda 
                  forma de liturgia religiosa amparada en el ejercicio del Bien 
                  Divino y en el contacto con la obra misteriosa de los Ángeles 
                  que en toda ceremonia y liturgia tratan de expresarse.
                  
                  
                  
                  La cualidad infinita de Serenidad opera en los seres humanos 
                  grandes transformaciones internas en el orden individual, ya 
                  que le presta al hombre valor y confianza en cada una de las 
                  empresas que intenta llevar a cabo. Confiere audacia en los 
                  intentos y marca el rumbo de los acontecimientos sociales que 
                  tienen lugar en el mundo y elimina el Miedo, cualidad nefasta, 
                  extremadamente negativa, que se introduce en el corazón humano 
                  y le impide reaccionar en forma valiente y razonable frente a 
                  los hechos y a las dificultades de carácter kármico. El valor, 
                  la serenidad y la resolución frente a la adversidad son las 
                  aportaciones del Angel Regente del Séptimo Subplano Astral al 
                  mundo de los sentimientos humanos; una garantía del 
                  irreversible cumplimiento en el orden social y en la esfera de 
                  las relaciones humanas.
                  
                  
                  
                  f) La Forma Gloriosa del Gran Arcángel VARUNA, el Señor de las 
                  Aguas
                  
                  
                  
                  La Forma del Gran Arcángel VARUNA es ACUOSA, si tenemos en 
                  cuenta su participación activa en todas las manifestaciones 
                  liquidas del Universo. Se le llama esotéricamente "el Señor de 
                  las Aguas" y cada uno de los Ángeles Regentes de los Siete 
                  Subplanos del Plano Astral son expresiones de una u otra de 
                  las cualidades acuosas del Señor Varuna, actuando 
                  sintónicamente con ellas y transformándolas en cualidades y 
                  sentimientos según las necesidades de los Reinos y de las 
                  especies que realizan su evolución en el dilatado seno de la 
                  Naturaleza. Todos los Signos de Agua estudiados en la 
                  Astrología científica son emanaciones intimas del Señor 
                  VARUNA, ya que Este recibe mayormente las energías de las 
                  Constelaciones de CANCER, ESCORPIO y PISCIS, y utiliza como un 
                  aspecto de Su Vida al Logos planetario de NEPTUNO, de la misma 
                  manera que YAMA, o KSHITI, el Arcángel del Plano Físico, 
                  utiliza a SATURNO como Agente principal de su expresión en la 
                  Vida física de la Naturaleza Solar.
                  
                  
                  
                  El aura etérica del Señor VARUNA abarca la totalidad del Plano 
                  Astral pudiendo ser considerado en su aspecto esotérico como 
                  el Cuerpo Psíquico o Sensible del Logos Solar. Las 
                  dificultades para la percepción de tan elevado Arcángel son 
                  derivadas de la escasa evolución astral de los seres humanos y 
                  de su capacidad manifiesta de atraer al campo de sus 
                  relaciones individuales y sociales substancia sensible de los 
                  Subplanos superiores del Plano Astral. Podríamos referirnos 
                  aquí, utilizando la clave de la analogía, al aura magnética de 
                  tan glorioso MAHADEVA del Plano Astral, cuya substancia 
                  personal o psicológica dota de cualidades sensibles a todos 
                  los seres de la Naturaleza, incluidas todas las Jerarquías 
                  Angélicas y todos los Logos planetarios, así como también a 
                  las repercusiones cósmicas de su actividad sobre todos los 
                  cuerpos celestes dentro de nuestro Sistema Solar, sujetos a la 
                  influencia del Sexto Rayo, como, por ejemplo, MARTE, aunque 
                  influenciando también poderosamente las energías psíquicas 
                  procedentes de la LUNA y de algunos astros todavía no 
                  descubiertos, pero que serán perceptibles en la próxima Ronda 
                  planetaria. Actúa preponderantemente asimismo en la evolución 
                  del Reino Vegetal y en los devas que confeccionan el vehículo 
                  emocional de los seres humanos. Está muy directamente 
                  vinculado con la obra que realiza Su gran Hermano INDRA, el 
                  Arcángel Regente del Plano Búdico y con aquellas otras 
                  esplendentes Entidades cuya misión es "transportar" las 
                  energías de la Constelación de CANCER procedentes del Plano 
                  Astral Cósmico, El Cuerpo Astral de Aquella poderosísima 
                  Conciencia, de la Cual nada puede decirse, Creadora del 
                  Sistema Cósmico del cual nuestro Sistema Solar en su vasta 
                  totalidad es solamente el Cuerpo Físico.
                  
                  
                  
                  En el presente estadio de la evolución planetaria sólo pueden 
                  establecer contacto consciente con el Señor VARUNA las 
                  excelsas Entidades de nuestro planeta que han alcanzado o 
                  rebasado el proceso místico de la Sexta Iniciación.