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              Los Angeles en la Vida Social Humana
                
                  
 
 CAPÍTULO VIII
 LOS SEÑORES DEL KARMA
 
                  El tema de los Señores del Karma ha constituido un apasionante 
                  misterio espiritual para el investigador esotérico de todos 
                  los tiempos. Sin embargo, el impenetrable secreto que envuelve 
                  la excelsa Vida de los Señores del Karma sólo será revelado en 
                  el devenir de ciertas trascendentes Iniciaciones recibidas en 
                  los más altos niveles del Sistema solar. Así, lo que vamos a 
                  intentar mayormente en este apartado de nuestro estudio, será 
                  revelar los misterios menores acerca de la vida y cualidades e 
                  estos misteriosos Agentes del Bien Universal y el trabajo que 
                  realizan dentro del Circulo-no-se-pasa del Universo. Una parte 
                  del secreto que puede ser revelado cerca de los Señores del 
                  Karma es que son Entidades Angélicas de elevadísima e 
                  indescriptible perfección espiritual cuya evolución se realiza 
                  en desconocidos niveles del Plano mental cósmico, que actúan 
                  en forma interdependiente y que cada uno de Ellos rige un 
                  sector definido dentro del Sistema solar y en la vida de la 
                  Naturaleza, realizando Su labor por medio de una infinita y 
                  prodigiosa cantidad de Devas de distinta jerarquía, quienes 
                  ejercen definidamente su poder desde los niveles arrúpicos o 
                  sin forma hasta las más objetivas formas de vida de los reinos 
                  inferiores, siguiendo cuatro objetivos específicos que 
                  constituyen la esencia particular de Sus vidas y de Sus 
                  especiales misiones:
                  
                   
                    
                    1. La destrucción de todas las formas cristalizadas en la 
                    vida del Universo.
 
 2. La expresión constante y permanente del propósito de 
                    perfección solar.
 
 3.El registro cíclico de todos los sucesos temporales y 
                    atemporales dentro del Universo.
 
 4.La creación de formas nuevas por el proceso infinito de 
                    renovación de los impulsos cíclicos en la vida de la 
                    Naturaleza.
 
                  
 Estas cuatro actividades fundamentales caracterizan o 
                  personifican a cada uno de los Señores del Karma. Veamos:
 
                  a. El Angel de la Muerte.
 b. El Angel de la Justicia.
 c. El Angel de los Archivos Akásicos.
 d. El Angel de la Liberación.
 
 
 Según se nos dice ocultamente, estas cuatro actividades o 
                  estos particulares aspectos de la energía divina se 
                  manifiestan por la extensión infinita del Cosmos presidiendo 
                  los ciclos inmortales del Tiempo, ya se refieren a los 
                  períodos de actividad logoica, llamados esotéricamente 
                  MAHAMANVANTARAS, o aquellos otros en que habiendo cesado los 
                  períodos de actividad, la conciencia del Logos con su inmenso 
                  contenido de memorias y experiencias, se sumerge en la Noche 
                  Silenciosa de los Tiempos, en aquel indescriptible Vacío 
                  cósmico que en nuestros estudios esotéricos definimos como EL 
                  GRAN PRALAYA. En las inmensas oquedades de aquel Vacío 
                  infinito el Logos, el GUERRERO, deja de luchar y experimenta 
                  la PAZ y el DESCANSO que sobrevienen después de todo ciclo de 
                  actividad, de lucha y de trabajo.
 
 Podríamos afirmar que los cuatro impulsos básicos de la 
                  evolución o actividades de los Señores del Karma en la vida 
                  del Universo, generan todos los aspectos cíclicos planetarios, 
                  siendo los más asequibles a nosotros y los que mayormente han 
                  de atraer nuestro interés.
 
 a. El movimiento de rotación terrestre con sus cuatro fases: 
                  día, noche, aurora y crepúsculo.
 
 b. El movimiento de la Tierra alrededor del Sol con las cuatro 
                  estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno.
 
 c. Los cuatro puntos cardinales del planeta: Norte, Sur, Este 
                  y Oeste.
 
 d. Los cuatro YUGAS o edades planetarias: KALI YUGA, DWAPARA 
                  YUGA, TRETA YUGA y SATYA YUGA, es decir, la edad de hierro, la 
                  edad de bronce, la edad de plata y la edad de oro.
 
 e. Las cuatro edades en la vida del ser humano: niñez, 
                  juventud, edad madura y vejez.
 
 
 En general, y utilizando la analogía, se verá que en la 
                  expresión cíclica de todos los aspectos cuaternarios de la 
                  vida manifestada, puede ser apreciada la actividad de los 
                  Señores del Karma utilizando la prodigiosa red etérica que 
                  circunda el planeta y tiene su expresión en todos y cada uno 
                  de los Reinos de la Naturaleza. Vamos a analizar brevemente 
                  ahora la obra particular que realiza cada uno de los Señores 
                  del Karma.
 
 
 a. EL ANGEL DE LA MUERTE
 
 Toda actividad desarrollada en la vida de la Naturaleza que 
                  esté relacionada con el fenómeno de la muerte está regida por 
                  este Señor del Karma. Nada muere ni nada se extingue dentro 
                  del omniabarcante seno de la Creación sin que intervenga 
                  directamente esta Voluntad ejecutora que DESTRUYE 
                  incesantemente las formas gastadas en no importa qué plano o 
                  nivel dentro del Universo, del planeta o de cada uno de los 
                  reinos, para que, sobre sus cenizas puedan estructurarse 
                  formas nuevas cada vez más bellas y luminosas a la incesante 
                  búsqueda de un arquetipo de perfección. El trabajo de 
                  destrucción encomendado a este Señor del Karma, aparentemente 
                  negativo, cruel y despiadado visto desde el ángulo unilateral, 
                  emocional y egoísta de los seres humanos, es, sin embargo, 
                  eminentemente constructivo y positivo desde el ángulo de 
                  visión esotérica, ya que únicamente son destruidas las formas 
                  viejas, gastadas y cristalizadas incapaces de resistir la 
                  dinámica presión de las energías de la Vida, constantemente 
                  renovadas que surgen del Gran Océano Creador. Es así, pues, 
                  que sobre las bases inconmovibles de la Muerte son erigidas 
                  constantemente las nobles estructuras de la Vida y el poder de 
                  este glorioso Señor del Karma se extiende por doquier dentro 
                  del ámbito universal, no solamente al nivel físico de las 
                  formas o estructuras más densas, sino a los más elevados e 
                  incluyentes niveles del Sistema solar. La muerte de las ideas, 
                  cristalizadas por el uso, de los incontables espejismos del 
                  mundo emocional y de todos los estados de conciencia 
                  provenientes del pasado, permite una mayor efusión de vida y 
                  de inspiración en las mentes y en los corazones de los 
                  hombres, deparándoles de esta manera la oportunidad infinita 
                  de redención espiritual.
 
 Antiguamente se le enseñaba al discípulo en entrenamiento 
                  espiritual que el Señor de la Muerte actuaba únicamente sobre 
                  los llamados mundos inferiores, es decir, en los niveles 
                  físico, astral y mental concreto. Nosotros diríamos, sin 
                  embargo, que con estas deducciones se estaba justificando 
                  quizás la incapacidad de considerar en la extensión infinita 
                  del Universo, la misteriosa y omniabarcante actividad de los 
                  Señores del Karma. Lo que realmente queremos significar con 
                  estas palabras es que más allá del plano mental y penetrando 
                  ya en los niveles búdicos la acción de los Señores del Karma 
                  es tan impenetrable y sutil que escapa por completo a las más 
                  exaltadas percepciones humanas y sólo los grandes Iniciados 
                  tendrán alguna noción de la actividad de los Grandes Señores. 
                  Hay también, en la línea de nuestro estudio, la incógnita de 
                  si los Angeles estarán sujetos también como nosotros al rigor 
                  del Karma, o si la CRUZ que simboliza esta Ley actuará en 
                  forma distinta de la que se desarrolla corrientemente en la 
                  vida de la Naturaleza. Por tal motivo, durante el curso de la 
                  investigación esotérica que dio vida a este Tratado sobre los 
                  Angeles, fuimos siempre muy circunspectos al referirnos al 
                  karma de los Devas, debido precisamente a nuestro 
                  convencimiento de que los Señores del Karma eran unas excelsas 
                  Entidades Angélicas y que la Proyección de Sus vidas sobre el 
                  entero universo dévico debería ser muy distinta que la que 
                  actúa sobre los seres humanos.
 
 Ayudado por JESAZEL que es un DEVA extraordinariamente 
                  evolucionado, logré penetrar incidentalmente en ciertos 
                  aspectos muy definidos de la vida de los Señores del Karma, 
                  singularmente en aquellos donde se reflejan las cualidades 
                  distintivas de Sus esplendentes Vidas llenas de AMOR por el 
                  conjunto universal y en donde el rigor de la JUSTICIA es ley 
                  benigna llevada amorosamente a cabo. El Señor de la Muerte -a 
                  Quien la ignorancia de los pueblos asignó un carácter 
                  terriblemente cruel y fatalista- es, por el contrario, una 
                  Entidad benigna y protectora, llena de devoción por la Obra 
                  oculta de la Divinidad en cuyo inmortal seno actúa a fin de 
                  que la evolución, que es el Movimiento de la Vida de Dios 
                  siguiendo las razones ocultas de Su Alma, no se paralice 
                  jamás, venciendo la oposición de las formas gastadas en la 
                  vida de la Naturaleza o quebrantando la resistencia de las 
                  llamadas voluntades menores, surgidas del conflicto de los 
                  Reinos, que cristalizaron en movimientos contrarios, lentos o 
                  antagónicos y crearon vórtices de energía negativa en el 
                  devenir del inmaculado Camino Logoico. De manera similar a la 
                  del Señor de la Muerte actúan las incontables legiones de 
                  Devas que secundan Su voluntad de cumplimiento y se hallan, 
                  tal como esotéricamente se nos dice, misteriosamente 
                  infiltrados por todas las zonas del Universo, atentos a 
                  cualquier evento de cristalización dentro del ilimitado campo 
                  de las formas, que implique un retraso injustificable de la 
                  Obra del Creador y del sagrado designio que han de cumplir los 
                  Reinos, las Razas y las Especies dentro del Circulo-no-se-pasa 
                  del Sistema solar. Otra de las explicaciones que me dio 
                  JESAZEL acerca de los Señores del Karma, fue que estos Angeles 
                  del Destino reglan cada uno un sector del Universo y se 
                  manifestaban a través de unas formas de cualidad cósmica que 
                  las hacía prácticamente invisibles a las percepciones de los 
                  más profundos y agudos investigadores del mundo oculto. Sin 
                  embargo, siguiendo las presiones astrológicas de determinadas 
                  Constelaciones y de ciertos definidos Rayos, JESAZEL precipitó 
                  en los niveles etéricos a mi alcance, algunas de las 
                  peculiaridades descriptivas de los Señores del Karma. Como 
                  fruto de esta preciosa ayuda angélica me fue posible observar, 
                  aunque muy vagamente, las Formas de los Angeles del Karma, 
                  presentándose ante mi asombrada visión unas Colosales 
                  Entidades muy parecidas a las descritas en este Tratado al 
                  referirnos a los esplendentes Devas de los Reinos de la 
                  Naturaleza, aunque mucho más poderosas e incluyentes, siendo 
                  mayormente consciente del color de Sus radiantes Auras, rojo 
                  fuego de incomparables matices para el Señor de la Muerte, 
                  azul índigo intensamente brillante y refulgente para el Señor 
                  de la Justicia, amarillo claro de vivísimos resplandores para 
                  el Señor de los Registros Akásicos y violeta purísimo con 
                  destellos indescriptibles de un blanco inmaculado para el 
                  Señor de la Liberación. Utilizando el principio hermético de 
                  analogía podríamos establecer, aunque con las debidas 
                  reservas, las siguientes analogías:
 
                  
  
 
 
  
    b. EL ANGEL DE LA 
    JUSTICIA 
 Llevando simbólicamente este Angel la Espada del Cumplimiento en su mano 
    derecha y sosteniendo en la izquierda la Balanza de la Justicia de los 
    Actos, aparece ante la percepción del clarividente iluminado como una 
    Entidad Angélica supremamente Hierática, Serena e Inconmovible. Ante Su 
    vista todo es Bueno en la vida de la Naturaleza y Ella no premia ni castiga, 
    sino que se limita al Cumplimiento exacto de la Ley. El Señor de la Justicia 
    utiliza para su expresión una poderosísima corriente universal de segundo 
    Rayo y extrae una parte considerable de Sus energías del planeta Júpiter el 
    cual, en todos los anales esotéricos, astrológicos y místicos es considerado 
    como Padre de Amor y de Justicia y representa en la vida del Universo al 
    propio Logos solar. Otra de las maravillosas peculiaridades del Señor de la 
    Justicia es la que tiene relación con la Invocación de los Avatares, es 
    decir, de Aquellos extraordinarios Seres cósmicos que cíclica y 
    periódicamente retornan al mundo o a otras partes del Universo para hacer 
    triunfar la Ley y para restablecer el Orden.
 
 c. EL ANGEL DE LOS REGISTROS AKÁSICOS
 
 A este Señor del Karma se le denomina esotéricamente la MEMORIA CÓSMICA. 
    Esta extraordinaria Entidad Angélica mantiene en Su omniabarcante Seno no 
    solamente el recuerdo vivo de todos los hechos y acontecimientos que 
    ocurrieron en el pasado, sino también todos los que tendrán lugar en el 
    futuro de cada uno de los planetas que constituyen nuestro Sistema solar. Es 
    lógico suponer por ello que este Señor del Karma no es únicamente un Archivo 
    de Recuerdos, sino que participa muy activamente en la confección del 
    Destino de la Vida del Creador, ya que conoce los propósitos logoicos para 
    cada uno de los ciclos de tiempo que se extienden desde el principio hasta 
    el fin del Universo.
 
 Por lo tanto, y sometiendo de nuevo nuestra investigación al juicio de la 
    razón superior, es evidente que este Gran Señor suministrará a todos 
    aquellos que sean capaces de establecer contacto con la vida de alguno de 
    Sus Angeles servidores, no sólo las memorias del pasado, sino también la 
    intuición del futuro, pudiendo asegurarse que los grandes videntes, profetas 
    y almas intuitivas de todos los tiempos fueron grandes personalidades 
    humanas que a través de la rectitud de sus vidas y juicios pudieron 
    introducirse más o menos profundamente en el océano de vida, de plenitud y 
    de conocimiento del Señor de los Registros akásicos.
 
 Por poco que profundicemos en la analogía, nos será posible establecer una 
    relación muy directa entre el MAHACHOHAN de nuestra Jerarquía planetaria, 
    llamado el Señor de la Civilización, con la actividad de la Memoria Cósmica 
    dentro de la línea de actividad del tercer Rayo y utilizando seguramente 
    como centro de canalización de recuerdos al planeta Saturno dentro de 
    nuestro Sistema planetario.
 
 d. EL ANGEL DE LA LIBERACION
 
 La obra de este Señor del Karma puede ser sintetizada en las palabras 
    renovación y creación, ya que todas Sus actividades en la vida del Universo 
    es introducir las energías del Cumplimiento universal en todas las cosas 
    creadas y en todos y cada uno de los seres vivientes, preparando las 
    condiciones precisas para que Sus grandes Hermanos, el Señor de la Muerte, 
    el de la Justicia y el de los Registros Akásicos puedan establecer la ley, 
    el orden y la legalidad dentro del Sistema solar. Veamos cómo se realiza el 
    proceso:
 
 Ante todo hay que suponer como base de la Creación y de sus posibles 
    repercusiones en el orden evolutivo, la existencia de un tremendo e 
    indescriptible impulso dinámico proveniente de la Voluntad de Cumplimiento 
    de la Divinidad que surge de las misteriosas entrañas universales y se 
    sumerge en la vida de todo ser y de toda cosa -sea cual sea su magnitud o 
    jerarquía- creando las condiciones precisas para que el Señor de los 
    Archivos registre el proceso. Seguidamente interviene la Voluntad del Señor 
    de la Justicia quien busca la perfección de todas las formas creadas e 
    impone un RITMO de acuerdo con la evolución de las conciencias que utilizan 
    aquellas formas para manifestarse. Cuando este Ritmo es descompensado, 
    cuando falta el requerido equilibrio o existe una acusada resistencia en el 
    seno de la forma aparece el Señor de la Muerte, el cual destruye con sus 
    dardos de fuego -tal como místicamente se dice- aquellas estructuras 
    incapaces de seguir el Ritmo exigido por la Ley compensatoria de la Justicia 
    y le entrega al Señor de la Liberación los cuerpos y las almas de las 
    unidades de vida que no pudieron resistir el impulso sagrado del dinamismo 
    cósmico y entonces este Gran Señor, utilizando unos métodos de vibración 
    adecuados renueva aquellas formas y, tal como se dice en antiquísimos 
    escritos esotéricos, quema en los Altares del Corazón Silencioso del Logos 
    todos los gérmenes de limitación existentes creando para las Formas un 
    Sendero de Redención y para las almas otro paralelo ocultamente definido 
    como de renovación y liberación. En tanto que este proceso de redención y 
    liberación va teniendo lugar, el Señor de los Registros toma nota de todo el 
    proceso a través de dos jerarquías de Angeles Solares desconocidos todavía 
    en nuestros estudios esotéricos, por cuanto sus formas y cualidades dévicas 
    no han entrado todavía en el campo de percepción de los investigadores del 
    mundo oculto. Una de tales jerarquías utiliza el distintivo azul índigo del 
    segundo Rayo y la otra el distintivo violeta radiante del séptimo. Ambas 
    jerarquías colaboran con el Gran Señor de la Liberación determinando la 
    progresiva redención y liberación de todos los seres y de todas las formas. 
    Utilizando creadoramente la analogía podríamos considerar que este Señor del 
    Karma actualiza las energías más íntimas -si podemos expresarlo así- del 
    Logos de nuestro Universo y las exterioriza por medio del séptimo Rayo, 
    utilizando aparentemente al planeta Urano como centro de proyección de Su 
    vida en el Universo.
 
 Bien, el examen profundo de cuanto acabamos de exponer podrá depararnos 
    quizás una visión algo más completa acerca del misterio que desde tiempos 
    inmemoriales encubrió la vida de los Señores del Karma. Sin que queramos ser 
    muy rigurosos al respecto, podríamos asegurar que la actividad conjunta de 
    estos benditos y excelsos Seres viene representada simbólicamente bajo la 
    forma geométrica de la CRUZ, atravesando el Universo y cada uno de los 
    planetas que lo constituyen. Los cuatro puntos cardinales de la Tierra y los 
    movimientos de rotación y traslación de los astros, así como el misterio 
    íntimo de la vida humana cualificando el cuaternario místico de su vida 
    evolutiva constituido por el cuerpo físico, el doble etérico, el vehículo 
    emocional y la mente discernidora son aspectos místicos de la CRUZ kármica. 
    Lo mismo podríamos decir, siempre en relación con nuestro planeta, acerca 
    del CUARTO RAYO que rige la totalidad del CUARTO REINO, nuestra humanidad 
    terrestre, expresiones constantes de esta CRUZ, la cual puede ser observada 
    todavía más concretamente en los cuatro pétalos que componen el Chacra 
    MULADHARA, símbolos de la lucha y del sacrificio kármico operando sobre la 
    conciencia humana y desde donde se inicia -si nos atenemos al juicio de los 
    sabios y conocedores del mundo oculto- el verdadero destino del hombre.
 
 
                    
                  
 
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