|  | 
              Los Angeles en la Vida Social Humana
                
                  
 
 CAPÍTULO V
 LA ACTIVIDAD DE LOS DEVAS DORADOS
 Los Devas Dorados son aspectos 
                  consubstanciales con la Vida del Sol y rigen el proceso mágico 
                  mediante el cual la Vida del Logos se transmite al Universo. 
                  En relación con nuestro planeta, y seguramente con todos los 
                  planetas de nuestro Sistema Solar, tales Devas actúan:  
                  a. Como transmisores de las corrientes de vida 
                  del Sol, llamadas esotéricamente PRANA. 
 b. Como Agentes inductores del PRANA planetario.
 
 c. Como dinámicos impulsores de los Ritmos respiratorios de 
                  los seres humanos.
 
 d. Como impulsores de los fenómenos de irradiación magnética 
                  en la vida de los Reinos.
 a. Como transmisores de las corrientes de vida del Sol, 
                  llamadas esotéricamente PRANA
 
 Los Devas Dorados, llamados místicamente Los Señores de la 
                  Vida, constituyen tres corrientes vitales que surgiendo del 
                  centro del Sol se transmiten a todo el contenido del Universo. 
                  Estas Jerarquías de Devas se extienden desde los grandes 
                  Angeles vinculados con el aspecto Voluntad, o Vida del Logos, 
                  hasta los pequeñísimos devas expresados como partículas 
                  doradas que refulgen en la atmósfera y forman parte del aura 
                  de vitabilidad del Creador en cualquier zona libre del 
                  Espacio. En cualquier caso, tales Jerarquías nos dan una idea 
                  exacta de lo que hay que entender por vitalidad, o PRANA. El 
                  PRANA, como esencia de vida, se halla presente en todas as 
                  áreas del Universo, abarcando la extensión de los Planos, de 
                  los Reinos, de las Razas y de todas las especies vivientes. 
                  Constituye lo que en términos ocultos llamamos la simiente 
                  viva de la evolución, siendo tal denominación muy exacta, 
                  habida cuenta de que sin vida la evolución sería imposible. 
                  Las cualidades expresivas de los Planos son asimismo una 
                  manifestación de PRANA solar; así, cuando hablamos de PRANA, 
                  no lo hacemos única y exclusivamente en el sentido de 
                  vitalidad, sino que le asignamos también un significado muy 
                  íntimo de cualidad, reconociendo que la calidad del PRANA 
                  estará lógicamente en correspondencia con el nivel en donde se 
                  manifieste, pudiendo hablarse en tal sentido de PRANA 
                  monádico, átmico, búdico, mental, astral y etéricofísico, 
                  cualificado para introducirse ocultamente dentro de todos los 
                  cuerpos y vitalizar y mantener coherentemente todas las formas 
                  que en tales niveles tienen necesidad de un cauce de 
                  expresión, ya que, como esotéricamente se sabe, todos los 
                  Planos del Universo, no importa cuan elevados sean, son 
                  OBJETIVOS, perceptibles y densos para las unidades de 
                  conciencia que en ellos viven, se mueven y tienen el ser. Esta 
                  afirmación puede indicar que habrá Angeles dorados, o Señores 
                  de Vida, cumpliendo su especial cometido en todas las regiones 
                  del Espacio, abarcando todas las áreas de la Creación que en 
                  cada Plano de la Naturaleza manifiesta y cualifica la ley de 
                  Jerarquía, siendo esta idea de jerarquía, ya sea dévica o 
                  humana, la que nos explica razonablemente el proceso dinámico 
                  que en oleadas sucesivas de Vida va llenando el Universo de 
                  cualidades cada vez más íntimas y trascendentes del Logos 
                  solar.
 Ahora bien, la manera como las Entidades Dévicas Solares 
                  realizan su trabajo dependerá, sin duda, de las especiales 
                  características de las zonas estelares en donde deben 
                  desarrollar sus actividades. Los tres tonos de color dorado 
                  que cualifican a estos Devas: el dorado ígneo y refulgente, 
                  imposible de ser percibido por los seres humanos, el color 
                  dorado amarillo y el color dorado blanco proyectados sobre la 
                  Tierra procedentes del Sol, son símbolos de Jerarquía y de 
                  poder angélico. Indican, por tanto, grados de acercamiento de 
                  estos exaltados Devas al centro místico y espiritual de donde 
                  emanan todos los rayos solares. Veamos estas distinciones 
                  dévicas y sus relaciones en la expansión de la Vida del Logos, 
                  en el Universo y en el Planeta:
 
 
                   
              
                
                  Estas relaciones, como Uds. podrán observar, 
                  tienen que ver absolutamente con todo cuanto hemos venido 
                  diciendo durante el curso de este Tratado. Así nos será 
                  fácilmente comprensible que cada una de estas tres categorías 
                  de Devas dorados cumple una misión muy definida en la vida del 
                  Universo. Tal como vimos anteriormente su misión esencial es 
                  irradiar, extendiendo su campo de proyección sobre zonas 
                  definidas del Espacio y sobre parcelas expresivas muy bien 
                  cualificadas del Universo físico, el Cuerpo del Logos solar. 
                  Los Planos de la Naturaleza, por ejemplo, están 
                  particularmente cualificados y vivificados desde el ángulo 
                  oculto por una u otra de estas Jerarquías Dévicas Solares. 
                  Como un dato más a ser añadido al contexto de nuestras 
                  investigaciones, podríamos citar estas zonas de influencia, 
                  con lo cual nuestra idea acerca de peculiaridades expresivas 
                  de esas Entidades solares o pránicas, verá notablemente 
                  enriquecida. Veamos:  
                   
              
                
                  Esta clasificación nos ilustrará en el sentido 
                  de reconocer que la actividad de los Devas Dorados se 
                  extiende, por analogía, a los subplanos de cada uno de los 
                  Siete Planos del Universo numéricamente relacionados. Por 
                  ejemplo, los Devas Dorado-Igneo influirán también muy 
                  particularmente sobre los subplanos primero, segundo y tercero 
                  de todos los Planos, por cuanto su campo expresivo se extiende 
                  a los Planos primero, segundo y tercero, etc. Otra relevante 
                  actividad de los Devas Dorados en general será, sin duda, la 
                  de ser los Agentes inductores del PRANA solar sobre el aura 
                  planetaria, por lo que bien pueden ser denominados asimismo 
                  Impulsores del PRANA planetario. Veamos más detalladamente 
                  esta actividad de los Devas Dorados.    b. Como Agentes Inductores o Transmisores 
                  del PRANA planetario  La irradiación del PRANA que surge del centro místico del Sol 
                  abarca el entero sistema universal. Así, cada planeta absorbe 
                  el que le es necesario para el correcto desarrollo de sus 
                  necesidades físicas y psíquicas y el sobrante de estas 
                  energías constituye lo que podríamos definir como su campo 
                  magnético. Los Devas dorados son los conductores de estas 
                  energías pránicas, cuya cualidad, intensidad y características 
                  variarán notablemente al incidir en el aura etérica de cada 
                  uno de los planetas del Universo, habida cuenta que dicha aura 
                  refleja junto con el sobrante de energía pránica solar, 
                  ciertas cualidades intimas de los propios Logos planetarios. 
                  Esto quiere significar, desde el ángulo oculto, que dentro del 
                  aura etérica de cualquier planeta y en cada una de sus 
                  particulares irradiaciones magnéticas, se expresarán 
                  simultáneamente devas dorados conductores del PRANA solar y 
                  otro tipo de Devas que son conductores de la propia energía 
                  planetaria. El grupo más importante de estos conductores de la 
                  energía pránica del planeta lo constituyen los Devas color 
                  violeta, Señores del Magnetismo Terrestre. Es por el 
                  convencimiento de esta verdad que en algunos pasajes de este 
                  Tratado se les ha mencionado en el sentido de que siendo 
                  impulsores de la salud de los cuerpos físicos dentro de la 
                  Naturaleza planetaria, la invocación de su poder por parte de 
                  los seres humanos facilitaría en gran manera la tarea 
                  científica de hallar adecuado remedio a todas las enfermedades 
                  físicas de la Raza y despejada definitivamente la incógnita de 
                  la Ciencia médica frente a las enfermedades consideradas 
                  todavía como incurables, tales como el cáncer, la diabetes, el 
                  reumatismo, etc. Los Devas violeta planetarios y los Devas 
                  dorados procedentes del Sol tienen en sus rayos un poder que 
                  de acuerdo con las previsiones jerárquicas, debe vencer a la 
                  enfermedad y a la propia muerte.
 
 La evolución de la Raza, el incremento del sentimiento de 
                  buena voluntad—un poder espiritual cuyo dinamismo afecta a los 
                  éteres e invoca a los Angeles superiores—y el establecimiento 
                  de correctas relaciones humanas, cuya expresión en los éteres 
                  es limpiar el campo magnético de la Tierra y con él los 
                  ambientes sociales de la humanidad, es una tarea kármica de 
                  gran envergadura que debería iniciarse cuanto más pronto 
                  mejor, recordando aquí la aseveración de un gran Iniciado de 
                  la Jerarquía: “Las épocas florecientes, las civilizaciones de 
                  carácter superior y las culturas más amplias, dignas e 
                  incluyentes no vienen únicamente a la Tierra en virtud de las 
                  posiciones cíclicas de los astros, sino mayormente porque los 
                  seres humanos se esforzaron sinceramente en conquistarlas”. 
                  Las palabras de este Adepto nos indican claramente que la 
                  conocida frase esotérica proveniente de la más lejana 
                  antigüedad los astros inclinan pero no obligan, se fundamenta 
                  en las posibilidades creadoras innatas en el corazón del 
                  hombre, es decir, en lo que podríamos calificar de 
                  determinismo espiritual, un poder captado de la propia 
                  Divinidad y acatado por los Angeles, siendo por tanto la 
                  creación que nace de esta determinación una actividad 
                  humanodévica. Hay que tener en cuenta al respecto que el Reino 
                  humano y el Reino dévico constituyen los principios masculino 
                  y femenino de cualquier tipo de creación, aquí en la Tierra y 
                  en no importa qué planeta de nuestro Sistema solar y son, por 
                  tanto, los cualificadores de todos los poderes existentes, 
                  cuya base sea el Propósito divino encarnado por los seres 
                  humanos. La expresión de este Propósito en la vida de la 
                  Naturaleza es la capacidad de respuesta de los Devas. Tal como 
                  puede leerse en los antiquísimos textos de El Libro de los 
                  Iniciados: “No puede existir Vida organizada ni Vida 
                  consciente allí donde no hayan hombres ni Devas...” ¿Nos dice 
                  algo esta afirmación? En estas palabras se halla precisamente 
                  la respuesta a la gran interrogante del ser humano: ¿Quién 
                  soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, en el sentido de 
                  considerar que la humanidad, el Cuarto Reino de la Naturaleza, 
                  es el eje de la evolución planetaria tal como ya apuntábamos 
                  en otras partes de este Tratado, significando que el término 
                  HUMANIDAD, considerado desde el ángulo de la Jerarquía, abarca 
                  la multiplicidad de humanidades que viven, se mueven y tienen 
                  su razón de ser en no importa qué astro dentro del Cosmos 
                  absoluto. Siempre desde al ángulo jerárquico, podría afirmarse 
                  que existen humanidades, es decir, entes inteligentes 
                  constituyendo diversas jerarquías espirituales, en el centro 
                  místico de la evolución de cualquier planeta dentro del 
                  Universo y aun mas allá del Universo. Y, consecuentemente con 
                  esta verdad y para completarla, tenemos a los Devas, a los 
                  alter egos -si podemos decirlo así- de los seres humanos, 
                  cuyas cualidades de sensibilidad y especiales características 
                  son altamente necesarias para poder ser efectuadas en el Eter 
                  del Espacio las necesarias modificaciones que preceden al ACTO 
                  CREADOR. Deberemos insistir necesariamente sobre este punto y 
                  afirmar constantemente que los hombres y los Devas son el eje 
                  de la polaridad planetaria. La naturaleza de las Mónadas 
                  humanas, o Cuarta Jerarquía Creadora, es masculina y la de las 
                  Mónadas dévicas, o Sexta Jerarquía Creadora, es femenina. 
                  Ambas Jerarquías constituyen en su mancomunada actividad y en 
                  la gloria de sus Reinos respectivos, la Voluntad y el 
                  Propósito Inteligente de la Divinidad, manifestadas bajo las 
                  leyes de la Polaridad que rigen el proceso infinito de la 
                  Creación. Esta polaridad, observada en su mágico despliegue de 
                  oportunidades espirituales y habiendo llegado a su punto más 
                  elevado de síntesis, contiene el secreto del ser ANDROGINO 
                  mitad hombre, mitad deva que unificará el karma de los dos 
                  Reinos y llevará el planeta a un grado muy exaltado de 
                  perfección.. .[A su conversión en un planeta sagrado.]
 Bien, siguiendo con esta idea, vamos a considerar ahora otro 
                  sujeto de profundo interés esotérico. Tiene que ver con lo que 
                  ocultamente llamamos refracción de los rayos solares y que 
                  tanto limita la plena expansión de los Devas dorados. Se 
                  trata, tal como Uds. habrán podido imaginar, con la oblicuidad 
                  manifiesta de los ángulos de visión humanos con respecto a 
                  cualquier campo de perspectiva. Sabemos ocultamente que la 
                  inclinación del eje de la Tierra y su distanciamiento del 
                  punto vernal, regido astrológicamente por la Constelación de 
                  Aries, se debe principalmente al escaso grado de fusión o de 
                  integración alcanzado por la humanidad con respecto al mundo 
                  dévico. Lo lejos que se hallan todavía entre sí estas 
                  poderosísimas corrientes de Vida determina que en el devenir 
                  de los ciclos mayores del Sistema, los que definen a los 
                  grandes YUGAS del Universo, el eje de la Tierra se halle en 
                  perpetua declinación y oblicuamente dirigida su superficie al 
                  sentido de los rayos que provienen del centro místico del Sol, 
                  dando lugar a aquello que en términos esotéricos definimos 
                  como MAYA, ESPEJISMO e ILUSION, es decir, que el ángulo de 
                  declinación del eje de la Tierra con respecto a la eclíptica 
                  produce, tal como dijimos ya en otra parte de este Tratado, el 
                  karma de nuestro planeta. Según se nos dice ocultamente esta 
                  inclinación irá siendo corregida en virtud de sucesivas 
                  iniciaciones cósmicas de nuestro Logos planetario, el Cual 
                  cifra Sus esperanzas -si podemos utilizar una locución tan 
                  aparentemente contradictoria- en la reconciliación del Reino 
                  humano con la Sexta Jerarquía creadora de los Angeles, ya que 
                  tal reconciliación o fusión determinará una afluencia tal de 
                  energía cósmica sobre el planeta, que producirá la liberación 
                  de una considerable porción de karma, con las naturales 
                  consecuencias de que el planeta pierda peso y de que acelere 
                  su movimiento de rotación, por lo cual será mucho más regular 
                  y uniforme el movimiento de traslación por el espacio sideral 
                  y determinando, finalmente, que el eje planetario adopte 
                  progresivamente una posición perpendicular con respecto al 
                  plano de la eclíptica, con la desaparición paulatina del 
                  movimiento de retrogradación o de precesión de los 
                  Equinoccios. Bien, estos datos aun cuando parecen ir muy 
                  particularmente dirigidos a los amantes de la Ciencia 
                  astrológica, están muy íntimamente relacionados con nuestro 
                  estudio sobre los Devas y constituyen, por tanto, aclaraciones 
                  acerca del mismo para todos los sinceros investigadores 
                  esotéricos y aspirantes espirituales deseosos de conocimiento 
                  superior.
 
 c. Como dinámicos impulsores de los Ritmos de Respiración 
                  de los Seres humanos
 
 El dinamismo vital con el que impregnan los Devas dorados los 
                  éteres de nuestro mundo constituye lo que técnicamente 
                  definimos como atmósfera planetaria, a la cual dotan de los 
                  elementos activos que permiten la respiración de los seres 
                  humanos, de todas las especies animales y de todo el conjunto 
                  planetario. La respiración es un misterio iniciático al que 
                  oportunamente accederán todos los seres humanos. Contiene el 
                  secreto de los movimientos de Sístoles y Diástoles del Corazón 
                  solar y con el tiempo será demostrado que la respiración, 
                  correctamente practicada, puede prolongar la vida del hombre 
                  sobre la Tierra durante largos ciclos de tiempo.
 
 Existen, naturalmente, unas razones muy esotéricas que avalan 
                  la precedente afirmación, entre ellas la de que los pequeños 
                  devas dorados que dinamizan la atmósfera planetaria pueden 
                  penetrar en los pulmones de los seres humanos y permanecer 
                  allí largo tiempo como elementos de vida y no surgir 
                  rápidamente al exterior, tal como ocurre habitualmente, sin 
                  darle tiempo al PRANA vital de los Devas dorados para que 
                  ejerzan sobre el organismo su benéfica acción. Interesa, por 
                  tanto, que el hombre aprenda a respirar correctamente, aunque 
                  las técnicas que preceden a tales entrenamientos respiratorios 
                  son de orden espiritual y sólo las facilitan las escuelas 
                  esotéricas, vinculadas de una u otra manera, con la gran Logia 
                  Blanca del planeta o Jerarquía planetaria. Según hemos podido 
                  constatar ocultamente, la respiración correcta es suave, 
                  profunda y rítmica, y según sea la evolución espiritual de los 
                  seres humanos, los Devas dorados, o devas pránicos, invocados 
                  por la Ciencia de la Respiración, técnicamente descrita como 
                  PRANAYAMA, cumplirán adecuadamente su cometido de dotar a los 
                  organismos humanos de la suficiente dosis de vitalidad y 
                  dinamismo que les permita curar las enfermedades y vencer a la 
                  muerte.
 
 Al hablar de RITMOS, debemos hacer referencia a los tres más 
                  importantes que cualifican las respiraciones humanas y a los 
                  Devas que intervienen en el desarrollo de los mismos:
 
 a. Ritmo lunar ............................................... 
                  Devas grises
 b. Ritmo planetario ....................................... 
                  Devas violeta
 c. Ritmo solar 
                  ................................................ Devas dorados
 
 
 El Ritmo respiratorio lunar está relacionado con los 
                  movimientos cíclicos de nuestro satélite y expresados, desde 
                  nuestro ángulo perceptivo, por las cuatro fases de la luna 
                  nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante. Estas 
                  fases lunares imprimen un ritmo respiratorio definido en la 
                  vida de la Naturaleza, el cual es el adoptado corrientemente 
                  por la mayoría de los seres humanos. Este Ritmo se caracteriza 
                  por respiraciones cortas y sin pausas entre la actividad de 
                  inhalación y la de exhalación.
 
 El Ritmo respiratorio planetario tiene también cuatro fases: 
                  noche, día, aurora y crepúsculo, pero su exteriorización o 
                  actividad en el hombre le induce a efectuar ciertas fases o 
                  intervalos entre el proceso de inhalación y el de exhalación, 
                  las mismas que van de la noche al día cualificando las auroras 
                  o las que van del día a la noche y dan lugar a los 
                  crepúsculos. En la expresión de este Ritmo respiratorio de 
                  introducción de PRANA en los pulmones, intervienen muy 
                  activamente los devas color violeta, llamados también devas de 
                  la salud, por cuanto contribuyen muy poderosamente a 
                  energetizar el aura humana y dotar al hombre de un dinámico y 
                  refulgente campo magnético. Le permiten asimismo establecer 
                  contacto con cierta categoría de Devas dorados, los cuales 
                  suelen infiltrarse en el organismo físico durante las pausas o 
                  intervalos de la respiración y preparan dentro del cuerpo, sin 
                  que el hombre se dé cuenta, el conjunto celular para 
                  posteriores recepciones de vida dévica superior.
 
 El Ritmo respiratorio solar tiene que ver con las cuatro 
                  etapas definidas como las estaciones del año, es decir, la 
                  primavera, el verano, el otoño y el invierno. Las personas 
                  sujetas a este Ritmo son de naturaleza profundamente 
                  espiritual y tanto sus inhalaciones como sus exhalaciones son 
                  profundas y extensas con pausas entre ellas asimismo largas y 
                  prolongadas. Los Devas dorados que intervienen en el proceso, 
                  no sólo son los más evolucionados procedentes del Sol que se 
                  introducen en el aura etérica de la Tierra, sino que son 
                  también los que purifican el aura etérica y campo magnético de 
                  los seres humanos a quienes la Jerarquía espiritual del 
                  planeta, a través de sus correspondientes ASHRAMAS, está 
                  preparando para la Iniciación.
 
 Al llegar a este punto, y continuando con la progresión de las 
                  etapas místicas que preparan a los seres humanos para estas 
                  elevadas zonas de integración espiritual, habrá que hacer 
                  referencia, siquiera brevemente, a un Ritmo respiratorio que 
                  podríamos calificar de Ritmo Zodiacal, ya que está vinculado 
                  con las doce Constelaciones que rigen nuestro Cielo sideral y 
                  con la actividad de los Devas de tremenda evolución cósmica 
                  que sólo cuidan de los Ritmos espirituales de los Seres más 
                  avanzados del planeta. Según se nos dice ocultamente, algunas 
                  de sus Jerarquías intervienen en la confección de los 
                  vehículos superiores de los Adeptos y de otros Seres 
                  espirituales todavía más elevados en evolución y jerarquía. 
                  Establecer contacto con tales esplendentes Devas exige una 
                  integración espiritual de índole solar y haber accedido 
                  durante el devenir de la existencia física al estado supremo 
                  de SAMADHI, cuyo ritmo, desde el ángulo respiratorio es tan 
                  extraordinariamente prolongado que prácticamente ha 
                  desaparecido la necesidad de respirar, es decir, de inhalar 
                  PRANA. El ser excepcional que ha Iogrado elevarse a ese estado 
                  tiene poder sobre los Devas dorados del Sol y, a igual que 
                  Cristo, puede curar las enfermedades físicas y psíquicas sólo 
                  por la irradiación de su campo magnético, sin necesidad de 
                  recurrir a la imposición de manos.
 
 Se nos dice también esotéricamente que por medio del 
                  establecimiento consciente de ciertos Ritmos respiratorios, el 
                  ser humano suficientemente integrado en el orden espiritual 
                  puede vencer las leyes de gravitación, remontarse a voluntad 
                  por el espacio, viajar por los éteres, liberarse de las 
                  necesidades humanas de comer y de beber -sin que la salud de 
                  su cuerpo se resienta- y establecer contacto con los Devas 
                  superiores. Pero, tal como hemos dicho anteriormente, los 
                  Ritmos superiores que han de liberar al hombre de sus 
                  necesidades kármicas, deben ser aprendidos en las duras 
                  pruebas de la vida, en el sacrificio del yo y en el servicio a 
                  los demás, sin olvidar nunca que en el devenir de este proceso 
                  de integración los Devas estarán siempre a su lado 
                  beneficiándole del extraordinario poder de síntesis que se 
                  desprende de sus auras radiantes.
 
 d. Como creadores de los fenómenos de irradiación magnética 
                  en la vida de los Reinos
 
 El fenómeno de irradiación tiene que ver con el aura de salud 
                  de los Reinos de la Naturaleza y con la expansión natural del 
                  sobrante de energía pránica en forma de campo magnético. De 
                  ahí que las personas de salud delicada carecen casi por 
                  completo de campo magnético, debido a que el PRANA emanante de 
                  los Devas solares debe circunscribirse únicamente a las 
                  necesidades físicas de supervivencia, no poseyendo así 
                  capacidad alguna de irradiación de la energía. Cuando el caso 
                  es extremo, es decir, cuando no sólo no existe sobrante sino 
                  que incluso falta energía aún para las necesidades físicas de 
                  base, cuales son la respiración, la circulación de la sangre, 
                  la asimilación de los alimentos, etc., entonces las células 
                  del cuerpo ávidas de energía para satisfacer las demás 
                  necesidades del organismo, se hacen parasitarias o vampíricas. 
                  El vampirismo en tal caso indica únicamente la apropiación 
                  inconsciente de prana vital perteneciente a otros organismos, 
                  por parte de las personas con un evidente déficit de energía 
                  pránica. Indica, por tanto, que existen alguna lesiones 
                  íntimas de carácter etérico que impiden la entrada de la 
                  energía dévica solar a través de los cuerpos etéricos o que 
                  las correspondientes glándulas endocrinas y plexos nerviosos 
                  se hallan obstruidos o deteriorados y no pueden transmitir a 
                  los órganos del cuerpo físico el PRANA necesario para su 
                  natural supervivencia. En ambos casos, la incapacidad de que 
                  penetre el PRANA en el organismo y que por efecto de ello los 
                  Devas dorados no puedan cumplir su natural cometido, hace que 
                  aquellos cuerpos se hagan vampíricos o que perdido el estimulo 
                  de vida sobrevenga el fenómeno de la muerte... En el caso 
                  contrario, es decir, en el de los individuos de salud 
                  desbordante, cuyo cuerpo etérico está perfectamente organizado 
                  y lleno de dinamismo vital, la irradiación del sobrante de 
                  energía origina un extenso y radiente campo magnético, 
                  colaborando inconscientemente en la labor de los Devas dorados 
                  en la actividad de infundir PRANA vital en los ambientes 
                  planetarios.
 
 Sin embargo, y siguiendo una tónica general impuesta por la 
                  propia Ley de evolución, la irradiación de energía pránica a 
                  través del campo magnético de los seres humanos afecta 
                  poderosamente a un tipo de Devas de color violáceo 
                  misteriosamente vinculados con la evolución del Reino animal, 
                  singularmente con las especies muy desarrolladas dentro del 
                  mismo, tales como nuestros animales domésticos, los cuales se 
                  benefician del contacto humano y -tal como ocultamente 
                  sabemos- se están preparando para la Individualización. Los 
                  Devas violáceos constituyen el enlace magnético de ambos 
                  Reinos y observados clarividentemente se les ve agrupados por 
                  jerarquías, cuyo color se extiende desde el matiz violáceo 
                  hasta el gris obscuro y les define como pertenecientes a Almas 
                  grupo más o menos evolucionadas dentro del Reino animal. En 
                  todo caso, puede ser comprendida la relación que existe por 
                  doquier en la vida de la Naturaleza, atravesando los Reinos, 
                  las Razas y las especies, gracias a la participación del mundo 
                  dévico, cuyas jerarquías se extienden desde el Centro místico 
                  del Sol hasta el más humilde de los átomos ultérrimos... Será 
                  fácilmente asimilable entonces la idea de que el Reino animal 
                  cumple, a su vez, una misión muy similar a la de los seres 
                  humanos con respecto a la evolución del Reino vegetal a través 
                  de las huestes algo menos evolucionadas de los devas 
                  violáceos, pero no por esto menos útiles dentro del Plan 
                  general de la evolución. Igual actividad será desarrollada 
                  inconscientemente por el Reino vegetal en relación con el 
                  Reino mineral, ya que las vidas dévicas -prescindiendo de sus 
                  particulares evoluciones- se hallan por doquier transmitiendo 
                  ENERGIA y manteniendo unida la cadena magnética que une el 
                  conjunto universal con la Vida infinita del Creador.
 
 
 
                  Indice | 
                  Libros VBA 
                    
   |